Profundización en los Aspectos

Profundización en los Aspectos

INTRODUCCIÓN

No ha de preocuparse el alumno si piensa que su aprendizaje es lento respecto a las combinaciones planeta-signo-casa, ya que es perfectamente lógico que cuando una persona se encuentra inmersa en un proceso de aprendizaje, no se percate suficientemente de sus progresos.

La sensación interna de dificultad ha de mover a un esfuerzo continuo por superar las barreras, con lo cual poco a poco éstas van cayendo y el panorama se aclara progresivamente. Por muy pedagógico que fuera cualquier sistema de aprendizaje, nunca debe ni puede llegar al límite en el cual no exista la necesidad de esforzarse.

Es decir, la dificultad pone en funcionamiento ciertas facultades mentales que permanecen dormidas si todo fuera un camino de rosas. Ello ha de entenderse internamente, ya que ciertas puertas o claves mentales han de ser trabajadas laboriosamente, lo cual significa que su valía es de envergadura.

Así, en lo mental se va de lo complicado a lo sencillo, a la vez que de lo superficial a lo profundo.

 

FILOSOFÍA GENERAL DE LOS ASPECTOS ASTROLÓGICOS

En el desarrollo general que vamos a realizar tanto en las prácticas como en la teoría, usaremos los aspectos astrológicos más importantes y que tienen una incidencia más definida en un primer nivel de la interpretación. Estos aspectos astrológicos son el sextil, el trígono, la conjunción, la oposición y la cuadratura.

En último caso, podríamos añadir la semicuadratura, pero la inclusión de aspectos menores como el semisextil, el quincuncio y la sesquicuadratura inicialmente no es práctica, ya que suponen relaciones planetarias muy indirectas y, por tanto, escasas en energía y en repercusiones reales en la vida de la persona.

Esta tesis es fácil de comprender si recordamos que los aspectos fundamentales son la conjunción y la oposición, por un lado, y, por el otro, el trígono y la cuadratura. La conjunción se basa en la unión o fusión de las energías planetarias, sin quitar que estos sigan teniendo efectos por separado, especialmente cuando la tal conjunción no es partil o exacta (los dos planetas situados en el mismo grado).

Aparte, dos planetas que estén en conjunción exacta o muy próxima envían los mismos aspectos astrológicos a los restantes astros con los cuales se encuentren estos dos primeros aspectados.

Así, su papel en una carta astral resulta ser muy similar por esta circunstancia, aparte de que ambos planetas -en la conjunción partil o en la plenivalente- actúan desde el mismo signo zodiacal en que se encuentran situados. La oposición es el aspecto astrológico que se basa en las energías polarizadas de los signos opuestos en el zodíaco.

Esta oposición de fuerzas se puede ver también como búsqueda del equilibrio o de la complementariedad, mediante una tensión pulsante u oscilante o un “tira y afloja”.

En el caso del trígono, que es el aspecto armónico más intenso, su base se asienta en el factor triangular del zodíaco, que es el sustento a su vez de las triplicidades y los elementos (fuego, tierra, agua y aire). Por tanto, planetas en trígono son planetas situados en signos del mismo elemento, siempre y cuando el trígono sea plenivalente.

En la cuadratura, el soporte se localiza en el factor cuadrangular del zodíaco, que es el que se manifiesta en las cuadruplicidades o cualidades (cardinal, fijo y común). Así, en las cuadraturas plenivalentes, los planetas poseen una relación desarmónica por situarse en signos de la misma cuadruplicidad o cualidad.

Estos son los cuatro aspectos astrológicos que hemos llamado mayores, lo cual se demuestra en su orbe estándar, que es de nueve grados a un lado y a otro del grado donde se cumple el aspecto partil.

Como aspecto medio solamente consideramos al sextil, al cual se le puede admitir un orbe o margen de tolerancia de seis grados.

La existencia del sextil como aspecto se debe a que es la mitad de un trígono, pero posee otra cualidad que le hace ser considerado entre los aspectos importantes a analizar en una carta astral.

Esta es el hecho de que dos planetas que se encuentren en sextil plenivalente se localizan en signos zodiacales de elementos complementarios: uno en fuego y otro en aire, o uno en agua y el otro en tierra. Esto es algo que los llamados aspectos menores no poseen en ningún caso, a lo cual se debe que estos tengan una fuerza e influencia bastante relativa y de mínima importancia.

La semicuadratura se encuentra por esta causa entre los aspectos menores, ya que es únicamente la mitad de una cuadratura, sin poseer otro tipo de apoyo desarmónico. Por ello, en caso de que se le tenga en cuenta, solo se le admiten tres grados de orbe.

La sesquicuadratura es solo la suma de una cuadratura más una semicuadratura (135 grados).

El semisextil es solamente la cuarta parte de un trígono o, si acaso, la posición de dos planetas en signos contiguos, lo cual para ellos en sí supone una relación de tipo armónica muy dudosa.

El quincuncio, aspecto astrológico armónico muy débil, es la adición de un trígono y un semisextil (150 grados).

Realicemos seguidamente una explicación diferenciada acerca de las repercusiones más importantes que tienen los aspectos astrológicos que vamos a utilizar inicialmente.

 

LA CONJUNCIÓN

INTRODUCCIÓN

La conjunción significa fundamentalmente la unión de dos o más fuerzas planetarias, ya que pueden existir conjunciones múltiples, es decir, una conjunción en la cual intervienen varios planetas. Como ya se ha comentado, el caso de dos planetas en el mismo grado exactamente (conjunción partil) es indicativo de la prácticamente completa fusión de las dos fuerzas planetarias.

Según la conjunción tiene un orbe mayor, es decir, que los dos planetas se alejan de la conjunción exacta -hasta el límite de los nueve grados- mantienen su propia identidad más diferenciada, sin olvidar que entre ambos se está aportando una relación mutua.

De ese modo, la conjunción entre dos planetas hay que analizarla como una nueva individualidad que se está formando, más que como la suma de las características de ambos.

Lo más ilustrativo al respecto es ver varios ejemplos. No olvidemos en este punto que los aspectos astrológicos se pueden estudiar por separado, como vamos ahora a hacer, pero ello es solo un paso previo, al igual que sucedía, por ejemplo, con las combinaciones planeta-signo. El fin es llegar a la combinación planeta aspectado en signo y en casa.

Por otro lado, es determinante, como ya estudiaremos más adelante, ver qué aspectos recibe la conjunción -o los planetas que la forman- del resto de los planetas del zodíaco.

Es evidente que en caso de que dos planetas se encuentren en conjunción partil, ambos recibirán los mismos aspectos de los demás astros, ya que sencillamente estos dos planetas de la conjunción ocupan el mismo grado del zodíaco.

Pero puede que si los planetas están en conjunción, por ejemplo a 8 grados entre sí, ellos reciban algunos aspectos distintos, lo cual ha de tenerse en cuenta. En cualquier caso, ahora vamos a analizar algunos ejemplos de conjunción sin tener en cuenta inicialmente cuáles son los aspectos que recibe la conjunción ni los planetas que la forman.

EJEMPLOS PRÁCTICOS

VENUS CONJUNCIÓN LUNA

La unión de dos planetas de tónica afectiva, magnética y receptiva, hace que estas cualidades aumenten.

En principio, suponiendo que los aspectos de esta conjunción sean armónicos o que, sin tener aspectos, la posición de ambos planetas en signo sea armónica, se pueden presumir algunos efectos: existe una unión entre lo sensual venusino y lo hogareño de la Luna, la imaginación de la Luna se junta con la sensualidad de Venus, la emotividad inconsciente de la Luna se suma al vivo disfrute de la felicidad de Venus, etc.

Ello da como consecuencia una integración armónica de los dos tipos o manifestaciones del amor, con lo cual la sensibilidad afectiva crece.

En caso de que la conjunción sea desarmónica por aspectos o por posición en signo, se puede decir que hay un exceso en la sensiblería, lo cual conduce a pasividad y a caprichos respecto a las relaciones afectivas. De alguna forma, en este caso se puede interpretar que los defectos más similares entre ambos planetas se abonan mutuamente.

VENUS CONJUNCIÓN SATURNO

Pensemos ahora que la conjunción es armónica. La unión entre Venus y Saturno hace que la experiencia sensual afectiva se viva de forma madura, responsable, dejando que la experiencia sedimente y pensando más que nada en una relación duradera y profunda. A la vez, todo el mundo de lo material y de lo cotidiano, simbolizado por Saturno, se suaviza y se hace más feliz debido a la experiencia venusina.

En el caso de una conjunción desarmónica entre Venus y Saturno, el amor se vuelve más seco, materialista, interesado e infructífero. Por otro lado, las responsabilidades saturnianas puede que se tomen con cierta alegría y ligereza.

SATURNO CONJUNCIÓN JÚPITER

Veamos en primer lugar la posición desarmónica de la conjunción. Se produce una buena fusión o unión entre la expansión jupiteriana y el control del tiempo que ejerce Saturno, por lo que cabe esperar que las iniciativas de apertura hacia lo social sean acompañadas de la prudencia y la constancia de Saturno. Sería algo así como un justo equilibrio entre lo pesimista y lo optimista, o entre lo serio y lo que tiene sentido del humor.

En cuanto a esta conjunción con tonalidad desarmónica, hay que decir en primer lugar que supone la unión entre la fachada de Júpiter y el materialismo interesado de Saturno. Así, la persona tratará de incluirse en ciertos círculos sociales de forma astuta, para ir ganando poco a poco en la expansión de lo que controla con fines egoístas. Es decir, se junta la fanfarronería jupiteriana con la malicia saturniana.

JÚPITER CONJUNCIÓN PLUTÓN

Si la posición de los planetas de la conjunción es armónica, resulta una unión entre dos astros bastante polarizados. Ya sabemos que Plutón es un planeta de trabajo interior, mientras que Júpiter indica la extroversión social. La fusión armónica de ambos refleja una labor social (Júpiter) transformadora y autotransformadora (Plutón). Existe a la vez carisma social y autocontrol interior.

En el caso de que la conjunción fuera desarmónica, lo explosivo e instintivo de Plutón se combinaría con la superficialidad y la pantalla social de Júpiter. Así, habría problemas para controlar los excesos y los instintos de satisfacción.

PLUTÓN CONJUNCIÓN SOL

En posición armónica significaría una gran capacidad de autoconciencia y seguridad interior. El yo está centrado y concentrado tanto en las realizaciones como en la vida interior.

La unión desarmónica entre el Sol y Plutón supone un ego instintivo y con poca capacidad de integración con las circunstancias y consigo mismo. La propia conciencia se resiste a un verdadero cambio psicológico interno.

SOL CONJUNCIÓN MARTE

Si la posición es equilibrada, la individualidad y la proyección de la conciencia son rectas, firmes, dinámicas, etc.

En caso contrario, el ego se vuelve déspota, agresivo y cortante.

MARTE CONJUNCIÓN MERCURIO

Se une la capacidad de acción dinámica con la dialéctica y la rápida inteligencia.

Esto se daría en posición consonante de la conjunción.

En el supuesto de que la conjunción sea disonante, lo que predomina es el oportunismo con agresividad, la mente arriesgada y el verbo falto de respeto.

MERCURIO CONJUNCIÓN URANO

Es claro que en caso de una buena posición de ambos planetas lo que se acentúa es el poder intelectual, que usa tanto la razón mercuriana como la intuición genial de Urano. En cuanto a la capacidad de comunicación es evidente que esta será rica, variada y adaptable. La mente se coloca en altas cotas y elevadas posibilidades.

En el supuesto de que la conjunción resultara problemática o conflictiva, lo que resulta es un nerviosismo a flor de piel, así como el aceleramiento de la mente y sus funciones. De ese modo, la superficialidad mercuriana se mezcla con las acciones excéntricas de Urano.

URANO CONJUNCIÓN NEPTUNO

Ahora vemos un caso de conjunción entre dos octavas superiores, que en general se destaca por la potencia vibratoria que, como ya sabemos, poseen los tres últimos planetas del sistema solar.

Si la conjunción entre estos dos planetas resulta equilibrada, lo que ocurre es que la intuición mental se combina con la mística inspirada. Es decir, tanto los temas intelectuales y científicos como los espirituales y metafísicos, pueden lograr una comunión, a la cual se accede por chispazos de inspiración y de elevación mental.

Es una combinación interesante, ya que sabemos que Urano afina con el plano mental, mientras que Neptuno lo hace con lo astral.

Es fácil que los comportamientos y la psiquis de la persona se coloquen bastante por encima de la media normal, porque el conocimiento viene de arriba, es decir, sintonizándose con los planos psíquicos elevados.

En caso de que la conjunción se ubique por aspectos o posición en signo de forma disonante, el resultado es una tendencia al escape o evasión, a las utopías, a los desequilibrios psíquicos y a las actuaciones estrafalarias.

 

MATICES

Después de estos ejemplos, no dejemos de tener presente que no hemos visto los casos anteriores teniendo en cuenta la posición en signo, pero inicialmente sirven como entrenamiento mental. Una vez que más adelante veamos en qué signos se sitúan las conjunciones, nos percataremos de la gran variedad de posibilidades que existen.

Una de ellas es que dos planetas pueden estar en conjunción -en este caso no plenivalente- situados en signos contiguos, siempre y cuando su distancia no exceda el orbe máximo de nueve grados.

Como tema complementario, ya habíamos comentado en el capítulo inicial de los aspectos que la conjunción tiene de por sí una inclinación a ser un aspecto consonante o armónico, pues los dos planetas conjuntos suman sus energías, lo cual en sí es de inicio favorable.

Pero también se citó el hecho de que en la conjunción se ha de ver si alguno o varios de los planetas conjuntos son de por sí armónicos o desarmónicos.

Por ello, en los ejemplos anteriores, hemos diferenciado conjunciones armónicas y desarmónicas, lo cual depende de los aspectos que recibe cada planeta conjunto (en conjunción) y de su posición en signo.

Por ejemplo, si Marte y Saturno estuvieran en el signo del Cangrejo, el primero se situaría en su signo de caída, mientras que Saturno estaría en uno de sus dos exilios. Es claro que de inicio esta conjunción tiene bastantes posibilidades de ser problemática o generar experiencias probatorias a la persona.

Por supuesto que todavía habría que tener en cuenta qué aspectos recibe cada uno de esos planetas para ver la totalidad de la situación, pero en breve nos introduciremos en las combinaciones planeta aspectado en signo y en casa.

Un caso muy distinto al ahora mismo citado es el del Sol en conjunción con Plutón en el signo del León, pues el primero está en su signo de domicilio y el segundo en su exaltación.

Todavía podríamos citar un ejemplo de posición, por un lado, consonante y, por otro lado, desequilibrada, como sería la conjunción de Marte a tres grados del signo del Carnero con Mercurio a veintiséis de los Peces. Mientras que Marte se encuentra así en su domicilio diurno, Mercurio está en uno de sus dos exilios.

En el supuesto caso de que esta conjunción no tuviera ningún tipo de aspectos, habría que interpretarla como la unión de un planeta armónico con otro desarmónico. De este modo, el arrojo, la valentía y el sacrificio de Marte en el Carnero se verían algo disipados por una mente concreta (Mercurio) nebulosa, dubitativa y un tanto depresiva (los Peces).

Como se observa, en casos como el anterior lo que sucede es que internamente existe una unión entre un defecto y una cualidad, o entre algo favorable y otro elemento conflictivo o debilitado. Pero de todo ello hablaremos más adelante con casos estudiados sobre el terreno.

 

 

LA OPOSICIÓN

INTRODUCCIÓN

En no pocos casos los autores interpretan este aspecto como muy dificultoso y, hasta a veces, equiparable en cuanto a su significado desarmónico a la mismísima cuadratura.

Entendemos que esto no es así, ya que los signos opuestos pueden verse y deben verse no solo como un enfrentamiento (en frente), sino como una polarización, necesidad de compensación o búsqueda del equilibrio. Por ello, si hubiera que establecer una escala, consideraríamos que la oposición es la mitad de desarmónica que la cuadratura.

Como principio general, hemos de ver a la oposición como un ajuste o contraposición de energías, las cuales hay que manejar buscando términos medios, pues desde el momento que este equilibrio no se lleve a cabo, el otro planeta va a pegar un fuerte tirón del primero, que fue el que se excedió.

Como se detallará al hablar de la cuadratura, en el caso de esta no se trata de un “tira y afloja” como en la oposición, sino de un ataque directo entre energías, de un roce de alto nivel entre planetas o de un perjuicio mutuo de ambos factores, por lo que si no se controla la situación el resultado puede ir hacia lo destructivo.

En cambio, en la experiencia generada con la oposición, no se puede llegar a una dinámica netamente involutiva y obstaculizadora totalmente entre energías (cuadratura), sino que lo que se genera como máximo es un vaivén de un extremo al otro, mientras no se entienda el punto medio que hay entre ambos planetas.

Pero la propia dinámica de la oposición pone un mecanismo de seguridad, que es el mutuo control que el planeta ejerce sobre su opuesto, y viceversa.

Explicado de este modo, vamos a ver qué sucede con algunos ejemplos prácticos de oposiciones, sin tener en cuenta la posición en signo ni los aspectos con los demás planetas, que pueden mejorar o empeorar la posición de los dos planetas opuestos.

EJEMPLOS PRÁCTICOS

SOL OPOSICIÓN LUNA

La Luna se encuentra en Luna llena. Existe un desequilibrio entre la función activa del yo (Sol) y la polaridad pasivo-emocional de la Luna.

Es decir, tanto puede suceder que la persona en unos momentos determinados infle su ego individual (Sol) en detrimento de su necesidad de protección psíquica (Luna), como que a la vuelta de la esquina tome actitudes pasivas y caprichosas (Luna) con la consecuente disminución de la fuerza de su individualidad.

Por otro lado, ya que el Sol representa la conciencia y la Luna el inconsciente, existe también un desequilibrio entre ambos, pues a un período excesivo en experiencias de entrega hacia fuera (actitud solar), se puede seguir un tiempo de replegarse psíquicamente como formando una costra respecto al exterior.

LUNA OPOSICIÓN MARTE

Imaginemos a dos planetas en oposición tirando cada uno de los extremos de la misma cuerda, pero en sentido contrario, unas veces cediendo más el uno, pero al cabo de un rato este queda agotado y el otro pasa a dominar momentáneamente la confrontación.

En este caso, sin tener en cuenta como ya hemos dicho, ni la posición en signo de ambos planetas ni las casas en las que se encuentran ambos, vamos a interpretar lo siguiente: se alternan de manera desequilibrada las reacciones agresivas y los comportamientos sensibleros. Es decir, se hace dificultoso combinar la actividad enérgica de Marte con la susceptibilidad de la Luna, el desborde de energías de Marte con las necesidades afectivas del hogar de la Luna y así sucesivamente.

MARTE OPOSICIÓN SATURNO

Se hace problemática la alternancia entre las acciones que requieren riesgo y las inclinaciones a lo seguro y lo prudente, así como la actividad batalladora con la constancia y la responsabilidad. Pero pasando a una interpretación no tan benévola, lo más que podríamos decir en este caso es que existe un desequilibrio entre la acción y el control, entre la agresividad y la sequedad…

SATURNO OPOSICIÓN URANO

Se dificulta buscar el punto medio entre la tradición y la renovación, entre la rigidez y la anarquía, entre el materialismo y la utopía, etc.

Por supuesto que, como ya se ha dicho, no todos los planetas necesariamente tienen que representar a la propia personalidad del interpretado, pues no olvidemos que dos planetas en oposición la mayor parte de las veces se encuentran en casas opuestas.

Esto significa que se han de conciliar, con un cierto esfuerzo, los asuntos complementarios y a veces opuestos de una casa con los de la que tiene en frente. Por ejemplo, si la oposición fuera entre la casa cuatro y la diez, lo que sucede es que se desarrollan series de circunstancias que generan desequilibrios si la persona des balancea hacia lo social, público y profesional (casa X) o hacia lo íntimo, familiar y hogareño (casa IV).

En esta experiencia, la persona ha de buscar el punto medio entre ambos polos, ya que si se va demasiado hacia un lado, lo relacionado con la otra casa se resiente, y viceversa.

URANO OPOSICIÓN VENUS

Existe conflicto de complementariedad entre las inclinaciones sensuales y la necesidad de libertad personal, así como entre al amor y la rebeldía, o entre los ideales y las experiencias de pareja…

VENUS OPOSICIÓN NEPTUNO

Las inclinaciones interiores espirituales no encuentran apoyo en la pareja, o bien, la sensualidad y el placer hallan desequilibrio con las tendencias evasivas o de reclusión. Otra posible interpretación es que existe descompensación entre al amor sublimizado y el amor sensual, lo cual puede generar desengaños.

NEPTUNO OPOSICIÓN MERCURIO

La imaginación hipersensible desequilibra a la razón. El intelectualismo se opone a la fe. Las tendencias engañosas neptunianas se contraponen al interés por la comunicación y el intercambio.

MERCURIO OPOSICIÓN PLUTÓN

Los conceptos y las ideas han de buscar el equilibrio con el cambio psicológico interno. Los instintos ocultos descompensan el raciocinio y la cordura. La inconstancia mercuriana des balancea la asimilación e integración al yo de las experiencias (Plutón).

PLUTÓN OPOSICIÓN JÚPITER

La superficialidad social de Júpiter desequilibra la superación de los defectos del carácter (Plutón). Los instintos plutonianos dan un tirón desestabilizador de los principios morales jupiterianos.

 

ASTROSOFÍA DE LA CUADRATURA

Antes de penetrar en el estudio de los dos grandes aspectos que se encuentran más polarizados -el trígono y la cuadratura- tenemos que realizar unas cuantas observaciones acerca de lo que es la filosofía general de los aspectos astrológicos.

Este es un tema que, queriendo o no, se encuentra en todos los libros o tratados sobre astrología que bien o mal se introducen en la interpretación astrológica. Incluso, las primeras conversaciones con los compañeros de estudios acerca de la propia carta astral suelen estar encaminadas en parte a ver cuántas cuadraturas y cuántos trígonos posee cada uno en su horóscopo.

Quizás nos sorprenda que este apartado, que hemos llamado, como es ya común, “explicación complementaria”, contenga tantos fundamentos, conclusiones e incluso contenidos, pues todo ello va a ir en relación con la “filosofía de los trígonos y las cuadraturas”.

También llamará la atención que para profundizar en este tema tratemos de hacer un humilde acercamiento a la Astrosofía o Astrología esotérica.

Para empezar, el considerar a los trígonos como buena suerte y a las cuadraturas como elemento de mala suerte, no es algo que ya a estas alturas el estudiante piense, aunque ello no es raro que suceda en muchos que interpretan cartas astrales.

En general, como se ha visto, se ha tratado de no usar prácticamente las denominaciones de planetas y aspectos “benéficos” y “maléficos”. Ello es para quitar la carga de terrible a lo maléfico y la idea de buen destino a lo benéfico, a la vez que se ha repetido una y otra vez que hasta no realizado el horóscopo completo todos estos términos son relativos. En cualquier caso, decir aspecto disonante, desequilibrado, desarmónico o problemático es mucho más correcto.

En la base de la filosofía de los aspectos astrológicos se encuentra todo un sustento de leyes universales sencillas, pero que no dejan de hacer meditar en los secretos de la vida.

Pero no vamos a ser ingenuos en la interpretación, pues efectivamente las cuadraturas producen en buena medida experiencias que los humanos solemos considerar como causas de sufrimiento, mientras que los trígonos hacen llover del cielo situaciones facilitadoras y felices. Eso es indudable.

Más en estos momentos tendríamos que profundizar qué es el sufrimiento y qué puede ser la felicidad, así como si lo que se suele llamar felicidad es igual para todos.

En lo que respecta al sufrimiento, no cabe duda de que unas personas sufren terriblemente por unas cosas que a otros les pueden causar risa. Para alguien el que su equipo de fútbol pierda un partido puede ser motivo suficiente para tener un infarto, mientras que otros ni siquiera se han preocupado en saber el resultado del encuentro.

También es cierto que hay cosas que siendo sinónimos de sufrimiento ya parece que son más universales, como por ejemplo los desengaños o engaños amorosos, la pérdida de fortuna, el dolor físico, etc.

Pero no se puede pasar por encima el hecho de que presentadas estas circunstancias las personas responden externa e internamente de distinta manera. Unas consideran uno de estos fracasos como el fin, mientras que otros asimilan la experiencia y algunos olvidan con cierta facilidad.

Así, el sufrimiento humano es algo relativamente relativo.

Pero queríamos llegar no solo a observar lo que sucede en la vida real a nuestro alrededor, sino a buscar y encontrar la explicación de causa que genera el llamado sufrimiento, especialmente desde el punto de vista de las leyes esotéricas y de los principios cósmicos.

Así, el buscador de la verdad trata de explicarse el porqué de esta experiencia humana, pues no le basta considerarla como mala suerte, mal destino o siquiera mal karma.

De alguna manera, la ley de la cuadratura es la ley del rozamiento. Sabemos que los cuerpos definen su movimiento de acuerdo a la ley de la inercia en primera instancia.

Así, si un objeto es empujado en el espacio sideral, donde supuestamente la atracción o el rozamiento al cual va a estar sometido es mínimo, este se seguirá desplazando en línea recta a la misma velocidad que alcanzó y con igual trayectoria de una forma perpetua.

Este movimiento uniforme y rectilíneo solo puede ser variado por otro cuerpo que ejerza atracción sobre él o por algún elemento que le suponga rozamiento.

En términos astropsicológicos, cualquier fuerza que suponga freno, impedimento o rozamiento está simbolizada por la cuadratura. Así, lo que nosotros llamamos sufrimiento se convierte en un roce entre nosotros mismos y las circunstancias, o entre varios aspectos de nuestro yo.

Mientras ese rozamiento se produce, la sensación psíquica interna es de obstaculización, sufrimiento o fricción. Otro tema es cómo superar o paliar de forma efectiva este sufrimiento, a cuyo tema trataremos de acercarnos en su momento.

Así, todo el proceso de fricción interior tiene por fin que el diamante bruto quede suficientemente pulido, pero ello tiene que ser mediante grandes presiones y pérdida de partes de nosotros mismos, que con el tiempo se comprobará que eran superficiales, impuras y resultando una verdadera rémora para alcanzar superiores estados.

Hasta cierto punto la cuadratura es algo que se está manifestando de forma intensa dentro de nosotros mismos o en el exterior, pero que peca de imperfección o de rudeza. De ahí, que el trabajo verdadero a que induce la Astropsicología no sea el de huir de los malos aspectos mediante técnicas astrológicas más o menos sofisticadas, pues ello nos haría algo así como “fugitivos ante las estrellas”.

Lo que verdaderamente se pretende con las cuadraturas, así como con las energías, defectos psicológicos y circunstancias que ellas representan, es transmutarlas. Recordemos en este punto que Plutón, el astro que representa en sí el sufrimiento, es igualmente el de la transmutación, la integración yo-circunstancias y la autoconciencia.

En sí dos planetas en cuadratura se están en principio atacando o enfrentando, en lo que podríamos llamar una manifestación de energías involutivas. Pero esto sucede cuando la persona no está suficientemente atenta a manejar el timón de su vida, con lo cual si no ejerce suficientemente su voluntad, la proporción determinismo-libertad crece muchísimo a favor del primero.

Está claro que la cuadratura muchas veces es difícil de acometer de manera constructiva, pero se ha de saber que el desarrollo de los astros no es un círculo vicioso, sino una espiral evolutiva, tal como se ha mencionado en la introducción esotérica del curso.

Así, si cuando nos encontramos ante un ciclo ondulatorio y, concretamente, en una de sus caídas (aparentes), somos capaces de ejercer la fuerza de voluntad, después de la siguiente cresta de la ola ya la situación habrá mejorado sensiblemente. Véase la figura 4-B.

LÍNEA ONDULADA ASCENDENTE: DE ESTE MODO SE SUCEDEN LAS ETAPAS HISTÓRICAS
LÍNEA ONDULADA ASCENDENTE: DE ESTE MODO SE SUCEDEN LAS ETAPAS HISTÓRICAS

 

Muchas vivencias de cuadraturas son tan fuertes que es necesario abordarlas en forma de experiencia constructiva después de varios intentos y aparentes derrotas parciales. En lo físico externo puede haber derrotas, pero, si en lo interno se mantiene el timón y la brújula, ninguna vivencia resulta inútil.

Cabe meditar en este punto de nuevo sobre el axioma de Lavoisier: “en el Universo nada se crea, nada se destruye, todo se transforma”. Ello quiere decir que todos los esfuerzos de voluntad y todas las iniciativas conscientes y evolutivas llegado un momento van a ser necesarias.

Pero aun hay más, aunque parezca sorprendente, ya que hasta los errores y el manejo que en otros momentos se haya hecho irresponsablemente sobre ciertas energías de la vida, saldrán a su tiempo a flote.

Pero no como un castigo de la naturaleza, sino bien situados en un programa pedagógico individualizado que las leyes tienen para cada ser humano. Por ello, la cuadratura significa algo fuerte, pues suele asociarse a errores cometidos en el pasado y a lecciones pendientes, que se nos hacen tan o más difíciles que los temas que menos nos gustaban en el colegio.

La cuadratura significa, como se ha visto, un elemento de tensión, con lo que requieren un gran gasto de energía, pero lo que sí es cierto es que, de acuerdo al lenguaje de los yoguis, del fango nace el loto, el cual crece limpio y por encima del lodo.

De la misma manera, las experiencias que resultarán más ricas y más profundas con el tiempo, serán precisamente las que vienen indicadas con las cuadraturas.

Esto anterior no quita que, la integración o asimilación de las experiencias internamente de las cuadraturas, sea a veces fuerte.

 
 

La cuadratura, para hacer un resumen de lo descrito hasta ahora, significa la ley del rozamiento o de la resistencia, la cual se manifiesta no solo en el dominio de lo físico, sino también en lo emocional, mental y de la conciencia-voluntad.

Así, cada vez que la voluntad se quiere poner en acción, surge una fuerza en sentido contrario que la polariza. Es la ley de acción-reacción en el plano físico, la cual por la ley universal de la correspondencia se supone se traspola a todos los niveles del universo. Como contraposición, el trígono supondría un empuje facilitador.

Como segundo aspecto mencionado, la cuadratura supone tensión y perfeccionamiento de aristas y defectos, las cuales se van limando precisamente con el roce que provoca la cuadratura en los distintos planos del hombre.

El trígono, como contraposición, sería el factor relajación y una serie de energías que no necesitan tanto esfuerzo para que se manifiesten armónicamente. Hasta cierto punto, se puede decir que los trígonos traen experiencias y cualidades que vienen más perfeccionadas o desarrolladas.

Como tercer punto, la cuadratura por ser rozamiento y tensión significa en un nivel normal humano cierta incomodidad o sufrimiento, en una escala muy variable. El trígono, por ser lo que viene más suave y armonioso, representa más las experiencias que los humanos de forma natural consideramos como felices.

Pero continuemos en nuestro estudio sobre la entidad astrosófica de las cuadraturas. Si estudiáramos un coche, podríamos hacer la analogía entre el freno y la cuadratura, mientras que el acelerador serían los trígonos. Ello se deriva de lo que hemos llamado el rozamiento, la resistencia o la reacción a cualquier fuerza que se manifiesta sobre el mundo terrestre.

Todavía trataremos de penetrar un poco más entendiendo que las cuadraturas representan energías involutivas, mientras los trígonos son fuerzas evolutivas.

Pero los trígonos solos se quedarían en pura especulación o no llegarían a manifestarse en la realidad, si las cuadraturas no hicieran de punto de tropiezo o de “pista de aterrizaje” de los trígonos. Sería algo así como un gran avión que tratara de aterrizar en una pista, pero que sus ruedas no sufrieran rozamiento, con lo que ellas resbalarían sobre el suelo.

Pero, a la vez, un exceso de fuerzas generando impedimentos o dificultades (cuadraturas), significaría llegado un momento que ahogan la fuerza capaz de vencer la gravedad (los trígonos).

Dicho de otra manera, los trígonos suponen un elemento más espiritual, debido a su propio simbolismo, que ya sabemos que es el del triángulo, el cual tiene atributos de elevación. En cambio, las cuadraturas son un claro soporte material de las experiencias. Son energías hasta cierto punto más toscas o menos perfeccionadas.

Llegado este punto, para romper totalmente con la idea inconsciente o arquetípica incorrecta de la suerte, podemos decir con seguridad que los trígonos de nuestra carta natal los hemos tenido que trabajar previamente, con lo cual las cuadraturas se convierten en energías, experiencias o puntos del propio carácter que hay que perfeccionar a toda costa.

Aun cuando las cuadraturas en sí significan fuerzas involutivas (roces, conflictos, enfrentamientos, peligros, etc.), la labor del ser humano consiste en colocarse como Hércules entre las dos columnas y conseguir armonizar lo que de por sí viene desordenado (cuadratura), hacer consciente lo que en principio se genera en el dominio instintivo (cuadratura), espiritualizar lo material (cuadratura), unir los elementos que de inicio se odian o se hacen daño (cuadratura), conciliar lo aparentemente enemistado (cuadratura), etc.

De aquí podemos deducir toda una serie de consecuencias prácticas acerca de la filosofía general de los aspectos que tratamos. Por ejemplo, el hecho de que el ser humano, tal como lo demuestra la experiencia, se crezca ante las dificultades, aunque también es cierto que demasiadas obstaculizaciones o enfrentamientos uno detrás de otro terminan por quemar a casi cualquier persona.

Por tanto, no puede existir un buen deportista si no se ejercita o entrena con cuadraturas, es decir, con elementos, aparatos u oponentes que le colocan en una situación de desarrollo ante las dificultades.

Desde luego, que hay en ello dos tipos psicológicos humanos que son bastante opuestos o radicales en cuanto a esto que estamos comentando.

Concretamente, hay un estereotipo psicológico que gusta de las cosas difíciles y arriesgadas, el cual con frecuencia juega con las fuerzas angulosas o con aristas (cuadraturas) y en una de ellas puede sucumbir por la imprudencia o por haber infravalorado a su adversario energético. Es lo que podríamos llamar el tipo duro o amante de las cosas difíciles.

En el otro lado, hay otra gama de seres humanos, bastante frecuentes, que prefieren guiarse siempre por el principio del mínimo esfuerzo, que significa buscar siempre las cosas fáciles, lo más hechas posible y sin meterse en conflictos o sobresfuerzos innecesarios.

Pero lo que es muy usual es el estereotipo psicológico que busca siempre lo cómodo y fácil, mientras que a los demás siempre les muestra sus más contundentes cuadraturas. Dicho de otra manera, le gusta que los demás pasen por la prueba y se esfuercen lo más posible, mientras que él prefiere verlo todo sentado en el palco y sobre mullidos cojines.

Lo que está claro es que las leyes naturales están por encima de estos comportamientos, si no desequilibrados, si tendientes al desequilibrio.

Entonces, pues, ¿cuál sería una actitud ideal?. Ello es algo que cada uno ha de ver internamente y, sobre todo, descubrir en una labor de búsqueda de la verdad, pero sí podríamos apuntar algunas notas convenientes.

Trataríamos entonces de configurar un tipo humano bastante acorde con las leyes naturales, lo cual haría que el estado de conciencia de este sujeto se acercara bastante y de forma progresiva al nivel del Hijo del Hombre o Quinto Reino.

En primer lugar, este ser sabría ver de frente sus cuadraturas, tanto las externas o circunstanciales como las internas en correspondencia o analogía con las primeras. Tiene conciencia de que algunos de estos aspectos probatorios (cuadraturas) no son fáciles ni de equilibrar, ni de armonizar ni sublimar, por lo que la paciencia, la autocomprensión y la constancia se hacen necesarias.

A la vez, se necesita que la conciencia pase por las experiencias de las cuadraturas, pero con las miras puestas en los ideales, para de esa manera adquirir la experiencia de descender sin perder el contacto con lo superior. Es como el buzo, que no pierde nunca el contacto con la superficie, aunque sea a través de una botella de oxígeno, mientras se sumerge en las profundidades del mar.

Más hemos hablado o mencionado la palabra descenso. ¿Qué sucede con esto?.

No es difícil de discernir sobre lo que ya sabemos para entender que la cuadratura, por ser en bruto una energía involutiva (aunque puede transmutarse en la polaridad contraria), conlleva un descenso hacia niveles de experiencia que se asemejan a la persona consciente como inferiores, muchas veces.

Pero ello es solo la primera impresión, ya que ciertas vivencias que en un momento quizás se nos presentaban como terribles, luego resultan ser aquellas de las que quedamos más agradecidos. Un ejemplo podría ser el hecho de sumergirse en el mar para personas que en principio le tienen algo de miedo a la situación, pero que una vez vivida les reporta una gran satisfacción interna.

Si alguien estuviera bajando una escalera sin tener en cuenta el principio de las cuadraturas, lo haría de forma imprudente y sin ni siquiera percatarse de uno solo de los peligros que le pueden acechar, desde perder el equilibrio hacia delante o encontrarse en una zona poco visible alguna substancia que le podría hacer resbalar.

El caso justamente opuesto es el de la persona que desciende por esa escalera agarrándose de forma temerosa a la barandilla y poniendo nervioso a cualquiera que tuviera que bajar detrás de él.

Subiendo la escalera la cosa se hace distinta, ya que el que asciende cargado de cuadraturas lo hace con un gran peso psicológico -o bien físico- encima, lo que provoca una subida lenta, pesada y algo así como un calvario. Sin embargo, el que sube lleno de trígonos lo hace con vivacidad, facilidad y energía.

Pero meditemos en algo trascendental. Aunque hemos dicho que con las cuadraturas descendemos (fuerzas involutivas) y con los trígonos ascendemos (energías evolutivas), podemos llegar ya al punto de ver que ambas fuerzas son dos aspectos de lo mismo, que es lo que podríamos llamar como las energías de la vida misma.

Una vacuna sirve de cuadratura para que el cuerpo se prepare ante ataques similares, con lo que en sí la cuadratura correctamente administrada no resulta en sí un factor destructivo.

El deportista necesita la oposición o el rozamiento para que sus músculos se fortalezcan, porque si en su gimnasio solo tuviera trígonos, sus enérgicos grupos musculares no tendrían con qué ejercitarse y fortalecerse.

La persona que practica surf precisa de dos elementos: uno impulsor, que es la propia inercia y la fuerza de las olas (los trígonos) y otro de rozamiento (las cuadraturas), que es su propio peso, el de la tabla y el rozamiento de esta con el agua.

Así es como el hombre equilibrado ante las fuerzas de la vida que tratábamos de representar, trata de actuar y pensar. No huye de aquellas experiencias que le fortalezcan sus puntos débiles, aunque en los primeros momentos ello resulte fuerte para él, pues sabe que el resultado de haber actuado responsablemente va a ser una mayor libertad.

Por cierto, podemos incluir en el estudio sobre las cuadraturas que éstas significan circunstancias que de entrada nos quitan supuestamente libertad, mientras que los trígonos son experiencias y vivencias que nos dejan vía libre.

En el deporte sucede con frecuencia que un equipo se deja dormir con una ventaja sobre su contrincante, pero acaba perdiendo por confiarse y relajarse.

Por ello, en el caso de que ese equipo actúe manteniendo toda la tensión durante el partido, la energía de cuadratura (de tensión) que supone sentir al rival de frente, no resulta ser algo perjudicial, sino todo lo contrario. La cuadratura (la tensión y el enfrentamiento) es la que hace que luego se pueda disfrutar de un trígono real y no ficticio, que es el de haber ganado y cumplido.

Dicho lo cual, podemos añadir alguna experiencia interesante.

Hay casos frecuentes en que la presencia de varios trígonos no acaba de cuajarse en la realidad debido precisamente a la falta de cuadraturas en relación con esos asuntos. Pareciera como si el trígono “no aterrizara” al faltarle la fuerza de rozamiento de la cuadratura.

Ello es bien sencillo de estudiar si observamos el comportamiento humano. Si todo sale bien y sin ningún tipo de obstáculos (trígonos), la persona se duerme y deja de activar unos sutiles mecanismos internos, que son los que hacen que el hombre cuando se las ve en circunstancias apretadas reaccione.

Por lo anterior, hay quien se atreve a decir que el buscador de la verdad puede llegar incluso a buscar la prueba, lo cual no significa ni mucho menos que sea masoquista ni que desee su propia ruina, sino sencillamente que sabe que con el esfuerzo es como va realmente a despertar su parte de “buena suerte”.

También existe algo que en su esencia es contrario totalmente a lo anterior: es el caso de la persona que se acomoda o se acostumbra a las energías involutivas que se han estado moviendo a su alrededor.

Es decir, se necesita desapego para superar o transmutar las circunstancias involutivas, pues acostumbrarse o hacerse conformista con las propias desgracias no es precisamente un síntoma de sacrificio y abnegación, sino de cobardía ante la posibilidad de que más adelante exista luz.

Con lo anterior se puede pensar que ha quedado suficientemente claro que las ideas orientalistas deformadas del karma, las cuales llevan a actitudes pasivas ante la vida, sería aconsejable que quedaran totalmente a un lado para el estudiante de Astrología.

Igual que un racimo de trígonos puede quedar en el aire o en los planos abstractos mientras no encuentre un terreno propicio donde crecer, el caso contrario, que es el de un apiñamiento de cuadraturas, también posee un punto de prudencia importante a tener en cuenta.

Es el hecho de que demasiado sofoco de impedimentos y obstaculizaciones puede generar un efecto de finalización, de fin o de muerte psíquica o de posibilidades.

Es decir, sería algo así como la circunstancia de la crucifixión desde el punto de vista esotérico, en la cual las posibilidades se reducen a una muy relevante, que es la de trascender, renovarse totalmente o morir del todo a ciertas fuerzas involutivas.

Si esto no se hace así en el caso que comentamos, lo que sucede es que el capitán de la nave, la cual está muy dañada, se hunde con ella sin remedio. Para salir a flote necesitará de bastante tiempo y esfuerzo.

Por supuesto que todos estos pensamientos, así como otros muchos más relacionados con el tema, los irá el estudiante entendiendo según vaya dilatando su práctica astrológica, tanto personal como en la interpretación de los horóscopos de otras personas.

Por tanto, llegado el momento, los trígonos y las cuadraturas, así como el resto de los aspectos astrológicos, los verá como parte de una unidad.

 

ASTROSOFÍA DEL TRÍGONO.

Pero, ¿qué sucede en sí con los trígonos, los cuales los hemos ido dejando casi en segundo lugar?. Hemos profundizado un poco en las cuadraturas primero, ya que en ellas se ha de hacer el mayor esfuerzo (cuadratura) de entendimiento para comprender los grandes misterios de los aspectos astrológicos y de la vida misma.

Desde luego que los trígonos no han quedado relegados a simples experiencias facilonas, que vienen hechas o que no requieren ningún esfuerzo para ser realizadas. Según dirían los chinos, en toda cuadratura existe una parte de trígono y, en todo trígono, existe una porción de cuadratura.

Lo anterior supone que el trígono, tal como ya se ha perfilado, precisa también de un yo forjado en la cuadratura para ser realizado completamente.

Se podría citar el ejemplo del pequeño porcentaje de personas que no poseen ninguna cuadratura entre planetas, de las cuales en principio se podría decir que viven en el cielo o que son celestiales.

Pero algo que casi nunca se tiene en cuenta es que en una interpretación mínimamente avanzada también han de tenerse en suficiente consideración los aspectos astrológicos que van entre los planetas y las cúspides de las casas, especialmente hacia aquellas cúspides que lo son de las casas cardinales (I, IV, VII y X).

Estas cuatro cúspides son nada más y nada menos que el punto ascendente, el fondo del cielo, el descendente y el medio del cielo). Por ser estas cúspides de las casas puntos sensitivos de la carta astral, los aspectos astrológicos de los planetas con respecto a ellas son especialmente importantes.

Pero ello no puede hacernos olvidar que las cúspides o puntos de inicio de las restantes casas astrológicas también han de ser analizadas de acuerdo a los aspectos que reciben. Se aplicarán en este caso los mismos orbes que siempre hemos tenido en cuenta.

Por ello, es tremendamente difícil que en un horóscopo no exista ningún aspecto desarmónico, ni de planetas a planetas, ni de planetas a cúspides de las casas. Por otro lado, los únicos factores armónicos o desarmónicos de una carta astral no solo vienen representados por los aspectos astrológicos, sino que se ha de ver también la posición de planetas en signos, para saber si existen dignidades y debilidades, aparte de otras cuestiones.

Se puede también hacer un intento de interpretar al trígono como representación de la fuerza de la unión o el amor, mientras que la cuadratura generaría los roces y los conflictos, lo cual sería el odio, la contrariedad o la repulsión. De acuerdo a esta interpretación, en ocasiones las cuadraturas indican repulsión hacia experiencias que en sí resultarían negativas, mientras que un trígono en ciertos casos sería la unión con algo que en sí no resulta evolutivo.

Pero esto son unos casos muy especiales que en su momento se verán.

Por lo general, los trígonos conllevan partes de la persona y de su vida que resultan elevadas, holgadas, plenas y satisfactorias. Los trígonos son lo que representa el lubricante o el aceite para el motor, sin el cual éste quedaría totalmente trancado por el rozamiento de la cuadratura.

Así, el trígono es una fuerza evolutiva y ascendente, la cual precisa de la experiencia de la cuadratura como plataforma de lanzamiento. Sería el caso de un cohete o un transbordador espacial que está a punto de despegar. El chorro de sus motores precisa estrellarse a la plataforma de lanzamiento, pues sin ese rozamiento el despegue sería imposible.

Es indudable que, como polaridad a todo lo comentado con la cuadratura, el trígono es indicativo de relax, facilitación, felicidad y elevación, a la vez que de sutileza.

No dejemos de tener siempre presente que los trígonos suponen una fuerza perfeccionada, aunque ya sabemos que previamente esta energía tuvo que limarse de impurezas a base de yunque y martillo, en la forja cósmica de la vida y sus experiencias, concretamente mediante la cuadratura.

Pero una cosa es la Astrología y otra es la Astrosofía, siendo esta última la única que puede dar una suficiente y satisfactoria visión de conjunto del ser humano mediante la interpretación de los símbolos celestes.

Es casi inmediato pensar que si el ser humano es una unidad, lo cual queda confirmado con la propia Astrobiología, se ha de tener en cuenta que todas sus cuadraturas, todos sus trígonos y toda su carta natal es una sinfonía coherente entre sí, con lo que se ha de pasar poco a poco de una visión parcial e incompleta a una globalista cara a la interpretación.

Siguiendo adelante con los trígonos, estos significan el apoyo necesario para que los a veces desolados parajes de las cuadraturas estén salpicados de refrescantes y salvadores oasis. Solo la lucha y el desgaste de energías enfrentándose a las circunstancias, no es suficiente para ampliar la conciencia. Se precisa también de la plenitud, la paz, el amor y la holgura.

Una educación demasiado acomodada, fácil y sin complicaciones, tiene sus ventajas y desventajas, al igual que otra salpicada de estrecheces y limitaciones.

En la primera, se despierta el gusto por la vida, aunque llevada a extremos supone la desidia, al abandono y el no saber valorar lo que se tiene.

En el segundo caso, el período de la infancia y la adolescencia ha puesto las facultades al máximo, con lo que se madurará más rápidamente. Pero, igualmente, en casos extremos, una avalancha de dificultades pudo haber sentado las bases para un ensombrecimiento del yo y de sus posibilidades.

¡Pero no seamos ingenuos!. Hay aspectos astrológicos que en la carta astral se refieren más a la individualidad en sí, los cuales es preferible que sean, por lo menos en cierta medida, trígonos.

En general, lo que poco a poco iremos valorando con el trabajo sobre horóscopos completos, es que lo realmente importante es la totalidad de los aspectos, viendo el equilibrio o desequilibrio que existe entre los trígonos, las cuadraturas y el resto de factores, para llegar a determinar cuáles son las posibilidades más realistas de la persona (trígonos) y qué esfuerzo ha de hacer para contrarrestar las dificultades (cuadraturas).

 

 
 

EL TRÍGONO

INTRODUCCIÓN

El trígono se suele interpretar como dos planetas que se benefician, se ayudan, se apoyan o se elevan mutuamente y, así mismo, con todos los asuntos y fuerzas armónicos que ambos representan.

EJEMPLOS PRÁCTICOS

A continuación vamos a ver algunos ejemplos de trígonos entre planetas, siempre teniendo en cuenta que un aspecto astrológico es una relación mutua o de reciprocidad.

SOL TRÍGONO URANO

La individualidad (Sol) se ve impregnada de un sentido de independencia y originalidad mental creativa (Urano). Esto hace que la nobleza se afirme y afiance con la capacidad de reflejos y de coger las cosas al vuelo. La proyección del yo se demuestra por vías poco transitadas y bastante peculiares, lo cual promete un ascenso social debido a ello precisamente.

Existe un favorecimiento mutuo entre las capacidades mentales superiores y la vitalidad física, lo cual impulsa al ego a proyectarse abiertamente en la consecución de elevados ideales. La mente intuitiva y renovadora va en busca de la luz solar de la verdad, lo cual genera una renovación (Urano) de la conciencia (Sol).

URANO TRÍGONO MARTE

Se favorecen activa y mutuamente las capacidades de actividad y liderazgo (Marte) con las de comprensión rápida e intuitiva de las circunstancias (Urano). No cabe duda de que en este caso la decisión por impulso y arrojo de Marte se ve aumentada por los rápidos pensamientos uranianos, los cuales se colocan un poco por delante del momento presente.

Así se gana en decisión, pero también en adelantamiento a las circunstancias, como colocándose por delante de ellas. El ejercicio del liderazgo (Marte) se sintoniza adecuadamente con una buena labor de trabajo en equipo (Urano) y sentido de la fraternidad.

MARTE TRÍGONO VENUS

Significa en lo abstracto una correcta compenetración entre la expresión sensual masculina (Marte) y femenina (Venus), la cual se expresará en aspectos concretos dependiendo de las casas donde se sitúen ambos planetas.

Desde un punto de vista psicológico, el sentido de la belleza y de los buenos modales (Venus) es un aliado de la dinámica y la firmeza (Marte). La expresión sensual y el sentimiento amoroso (Venus) se impregnan de sacrificio, apasionamiento y espontaneidad directa.

VENUS TRÍGONO SATURNO

Los sentimientos amorosos (Venus) se encuentran cargados de profundidad, experiencia serena, responsabilidad, seriedad y durabilidad. A la vez, la responsabilidad saturniana se ejerce con amor y buenos modos.

Dicho de otra forma, en las circunstancias propias de Saturno, tales como el trabajo y los esfuerzos prolongados, Venus acompaña con un serio sentido de la estética y unas relaciones humanas (Venus) bastante respetuosas (Saturno).

SATURNO TRÍGONO MERCURIO

La voluntad (Saturno) se aplica de forma muy efectiva en cuanto a todo el mundo de la razón, la mente concreta y el intelecto (Mercurio). Se puede hablar de seguridad, concentración, realismo, rigor, tenacidad y profundización (Saturno) en lo que se refiere a la comunicación, el pensamiento y los estudios (Mercurio).

Simultáneamente, el sentido de lo realista, práctico y material no llega a ser rígido, pues Mercurio flexibiliza y hace más comunicativos los asuntos o tendencias en relación con Saturno.

MERCURIO TRÍGONO JÚPITER

La inteligencia (Mercurio) es apoyada creativamente por los ideales (Júpiter), los cuales a su vez encuentran aplicaciones prácticas en Mercurio.

Lo intelectual (Mercurio) y lo moral (Júpiter) se sintonizan correctamente, a la vez que generan una dinámica activa (trígono).

Lo mental y lo social están correctamente interconectados, con lo que es de esperar que las posibilidades comunicativas y mentales mercurianas no solo se manifiesten en los exámenes y en las bibliotecas, sino también en el dinamismo social (Júpiter). Sería algo así como una mente concreta, habilidosa en el terreno de lo social.

JÚPITER TRÍGONO NEPTUNO

Es un interesante aspecto, ya que se trata de los dos regentes del signo de los Peces en relación armónica fuerte.

La extroversión social (Júpiter) se armoniza con las tendencias místicas y espiritualistas (Neptuno). Pero en sí el trígono no solo significa que dos factores no se obstaculizan entre sí, sino que además se benefician, apoyan y generan un efecto creciente en armonías.

De este modo, la fe interna (Neptuno) es la que hace que la persona se expanda socialmente y logre poco a poco ir realizando sus ideales de crecimiento tanto en lo psíquico como en lo físico (Júpiter).

Se trata de una combinación creciente y fructífera entre la felicidad del éxito (Júpiter) y la paz interna espiritual (Neptuno).

NEPTUNO TRÍGONO LUNA

Se favorecen mutuamente los dos planetas más ligados con el plano astral y sus experiencias, con lo que cabe esperar una cierta protección psíquica (la Luna) de arriba (Neptuno), es decir, de los planos superiores astrales y espirituales, los cuales están en sintonía con Neptuno.

Al igual, esta combinación de planetas está muy ligada al inconsciente, que está especialmente sensibilizado y receptivo hacia estímulos sugestivos y surrealistas.

Tampoco se puede pasar por alto que ambos son astros de tendencia artística bastante marcada, lo cual hará que la sensibilidad a la música y la poesía sea muy especial.

LUNA TRÍGONO PLUTÓN

Esto significa que la capacidad de interiorización y transmutación en lo emocional es grande.

La experiencia del hogar y el amor romántico (la Luna) resulta autorrealizadora, por lo que las emociones y la vivencia afectiva protectora son toda una fuente de riquezas internas (Plutón).

La energía sexual (Plutón) se apoya y apoya perfectamente la experiencia del hogar, que es donde resulta más fructífera.

ACLARACIONES

Finalizada ya esta serie de ejercicios respecto a los trígonos, hay que decir que estos se han desarrollado hasta un cierto nivel de interpretación, que es el que por el momento pretendemos alcanzar, pero ni muchísimo menos este es el techo máximo de la interpretación de los aspectos. Por otro lado, en la Astrobiología, como en cualquier otra ciencia, no existe un tope alcanzable.

Conviene recordar que hay que mantener por parte del alumno un equilibrio, entre la inclinación a avanzar en la lectura y el temor a hacer lo propio por pensar que no ha asimilado satisfactoriamente el capítulo precedente. Lo recomendable es que ni demasiadas prisas ni excesivas demoras.

Se ha de leer y realizar un proceso de reflexión personal, lo cual indica que pasar hojas sencillamente no es efectivo. Por otro lado, el demasiado perfeccionismo y autoexigencia tampoco es recomendable, pues se detiene el avance.

Respecto a este último punto, no olvidemos que en la Astrobiología siempre estaremos ampliando nuestra perspectiva de Neptuno, por ejemplo, aunque hayan pasado quince años de estudio y práctica. En el caso concreto del tema que tratamos, el del sistema universal de combinación de planeta aspectado en signo y en casa, este se irá conociendo progresivamente.

No podemos hacernos especialistas en trígonos entre Marte y Venus, por ejemplo, pues no se trata de memorizar una receta, sino de abrir la mente a todo un sistema. Por ello, cuantos más ejemplos se vean, mejor se entenderán los anteriores cuando se les vuelva a repasar.

Lo que en ningún caso ha de suceder es que se esté leyendo un apartado y que se noten déficits para seguir el hilo o entender el porqué de lo que se dice. Aquí sí es conveniente retomar ciertos puntos que han quedado obscuros o en el aire.

 

LA CUADRATURA

INTRODUCCIÓN

Ya se ha dejado traslucir en la extensa introducción de la filosofía de este aspecto astrológico, que con él se ha de tener una doble precaución al interpretarlo. Por un lado, no se ha de pecar de ingenuidad, pasando por alto los peligros reales que pueden estar simbolizados en una cuadratura especialmente problemática.

Dicho sea de paso, en absoluto todas las cuadraturas son iguales, al igual que todos los exilios no son iguales, y así como no todos los trígonos tienen el mismo efecto. Por ello, aplíquese uno de los consejos básicos que ya vimos para los estudiantes de Astrobiología: de lo que no se está seguro, preguntar o no decir nada.

En el otro extremo tenemos la tendencia contraria, que es la del alarmismo, el susto o la exageración, especialmente cuando comenzamos a estudiar las cuadraturas de nuestra propia carta natal o las de nuestros allegados. Consejo: controle su imaginación, es decir, sus formaciones de imágenes, principalmente las inconscientes.

La Astrobiología no es solo un estudio intelectual, sino una vivencia integral de envergadura. Por ello, se precisa autocontrol en primera instancia, para luego completarlo con la autorrealización.

Por tanto, los miedos cuadraturescos o las alegrías trígonas no tienen sentido. El tema es menos simple de lo que puede parecer a simple vista, lo cual en su esencia no significa que no sea sencillo una vez que se conoce.

EJEMPLOS PRÁCTICOS

Analicemos a continuación y abramos la intuición a la siguiente serie de interpretaciones básicas de algunas cuadraturas:

PLUTÓN CUADRATURA SOL

Existe una resistencia interior (Plutón) al cambio de la conciencia (Sol), lo cual realmente provoca un sufrimiento plutoniano en el ser interno o esencial.

El ego solar está cargado de transformaciones fuertes, cuya energía cuesta controlar, pues la soberbia y el orgullo (Sol) se pueden manifestar con cierta fuerza en lo que a la canalización de los instintos primitivos (Plutón) se refiere.

SOL CUADRATURA SATURNO

La individualidad (Sol) está limitada por las rutinas, el materialismo, las usuras y cierta maldad (Saturno). La conciencia es a la vez muy rígida, con lo cual necesita recibir experiencias saturnianas fuertes para dinamizarse, como por ejemplo, las limitaciones materiales, los retrasos y los impedimentos al desarrollo de la propia individualidad.

La voluntad saturniana, por otra parte, genera un control excesivo de la energía vital (el Sol), cuya inversión o aplicación en obras creativas resulta ser poco fructífera.

SATURNO CUADRATURA MARTE

Entran en juego simultáneamente las tendencias de control y utilitarismo de Saturno con las inclinaciones agresivas y autoritarias de Marte. La consecuencia es el colmo de la rigidez y la exigencia, con bastantes notas de malicia y astucia.

El desarrollo involutivo propio de este aspecto se debe a las proyecciones de un neto egoísmo saturniano y de un afán por tomar las cosas por asalto, característico de Marte mal aspectado.

 
 
EXPLICACIÓN COMPLEMENTARIA

En este momento de nuestro estudio se hace necesaria una aclaración, pues ya se ha comentado que no todos los factores de la carta astral, entre ellos los aspectos, se encuentran relacionados con la personalidad del propietario de la misma.

Dicho de otra manera, cuando pasemos a estudiar horóscopos parciales o completos, nos percataremos de que sólo algunos planetas y, por tanto, algunos aspectos, son los que se encuentran relacionados con la personalidad del interpretado.

Así, por ejemplo, en el caso anterior de la cuadratura Marte-Saturno, esta se puede conectar en un horóscopo determinado con una amistad del interpretado, con un noviazgo, con los estudios o, en algunas ocasiones, con su propia personalidad e, incluso, individualidad.

Por tanto, no necesariamente la presencia de una cuadratura determinada se ha de ver en función de las cualidades psicológicas del yo, sino que tendremos que estudiar en su momento en qué casas se encuentran los planetas que forman el aspecto, al igual que una serie de circunstancias complementarias.

Pero, de momento, no nos compliquemos y realicemos una interpretación indiferenciada de los aspectos astrológicos, sin especificar ni personajes ni tipo de experiencias.

También es aceptable pensar que detrás de una circunstancia ambiental armónica o desarmónica en la vida de la persona, existen respectivamente virtudes y defectos de ese ser en consonancia con las primeras.

Este último comentario podría extenderse a la versión astrosófica del asunto, según la cual el ser humano se encuentra, incluso a través de sus experiencias cotidianas, en una verdadera batalla cósmica, en la cual el objetivo a cumplir es equilibrar el microcosmos con el macrocosmos.

Explicado de otra forma, los elementos internos o del microcosmos (fuego, tierra, agua, aire, los atributos psicológicos de los planetas, etc.) han de equilibrarse con los elementos, las fuerzas planetarias, las fuerzas zodiacales, etc. (macrocosmos) que se presentan en las distintas experiencias ambientales de la vida.

Por tanto: SI BIEN SOLO ALGUNOS DE LOS ELEMENTOS DEL HORÓSCOPO TIENEN UNA RELACIÓN DIRECTA CON LA INDIVIDUALIDAD Y LA PERSONALIDAD, SE PUEDE ESTABLECER SIN LUGAR A DUDAS QUE EL RESTO DE LOS FACTORES ASTROLÓGICOS DE LA CARTA ASTRAL – REPRESENTANDO CIRCUNSTANCIAS AMBIENTALES- POSEE UNA REPERCUSIÓN SOBRE EL YO DEL INDIVIDUO.

Este planteamiento es el mismo que en su momento se expuso de acuerdo a la famosa frase del filósofo español José Ortega y Gasset, cuando enunció: “yo soy yo y mis circunstancias”.

En lo que a la práctica astropsicológica se refiere, lo anterior implica que en el estudio profundo de la carta astral hemos de saber localizar los elementos que en esencia conforman la individualidad de la persona, que es la parte del yo más esencial y la única imperecedera, aunque siempre en continua evolución.

En segundo término, tenemos que investigar en las características de la personalidad, que como sabemos pueden variar con cierta facilidad dependiendo de la edad, las circunstancias cambiantes del medio, etc. Como tercer punto, se ha de penetrar en toda la amplia gama de experiencias medio-ambientales, incluyendo a las personas que de alguna forma más influyen o dejan huella en la vida del interpretado.

Llegado este punto -el tercero- no solo podemos quedarnos en un estudio por separado de las tres áreas que hemos definido como fundamentales.

Tenemos que comenzar una relación dinámica, en la cual se observará que la individualidad esencialmente sigue siendo la misma, aunque cada vez con mayor experiencia; la personalidad se tiene que ir adaptando a los elementos circunstanciales de la vida; y, el punto central al que queríamos llegar, las vivencias y el contacto con las experiencias va provocando una serie de cambios en la estructura interna de la persona, los cuales se pueden manifestar en una fase evolutiva o en un ciclo involutivo.

Esto último se debe al hecho de que en muchas ocasiones el ser humano penetra por períodos más o menos largos (desde días hasta una encarnación completa) en fases de involución o toma de contacto con aspectos inferiores de la vida.

En este último supuesto, sabemos que esa fase es necesaria para el afianzamiento posterior evolutivo de la conciencia, lo cual no quita que en esa “caída” se haya de valorar objetivamente la realidad del momento. Solo de esta forma se puede ayudar al interpretado a acortar la experiencia o a buscar formas para invertir el giro de los acontecimientos.

Para hacer la síntesis final de este punto, podemos resumir diciendo que no todos los aspectos poseen relación directa con el yo del individuo, pero todos los aspectos – incluidos los ambientales- tienen una repercusión sobre el interpretado, por el sencillo hecho de que en la carta astral, especialmente en la natal, las energías que se expresan son aquellas en relación con vivencias de cierta importancia para la persona.

Desde luego que en el horóscopo existen factores más relevantes que otros, pero en general no se puede decir que haya alguno gratuito o sobrante.

MARTE CUADRATURA NEPTUNO

Existe una relación no constructiva (en principio) entre el dinamismo externo y la naturaleza psíquica subconsciente. Esto significa que la actividad exterior y la capacidad de lucha (Marte), se encuentran bajo la presión desarmónica de experiencias o energías en relación con Neptuno.

Así, cuando la persona se lanza hacia algo con empuje (Marte), sobrevienen chismes, enredos, depresividad interior, desengaños, visiones nebulosas de la realidad, etc.

Pero también podemos interpretar el aspecto no solo como que Marte recibe al actuar un cierto tipo de energías desarmónicas de Neptuno, sino igualmente en el sentido de que Marte se hace un tanto neptuniano en el aspecto desequilibrado o disonante.

Si interpretamos el aspecto astrológico en esta última línea expuesta, la capacidad de acción se hace un tanto caótica, ya que Marte se mete en enredos por guiarse por impulsos subconscientes no analizados.

Visto el aspecto astrológico desde la perspectiva de Neptuno, existe una inclinación a la impulsividad y la agresividad en el terreno del subconsciente, con lo que no es raro que ciertos temores (Marte tiene dos hijos: Fobos y Deimos, el Temor y el Terror), se expresen de manera caótica internamente, en el nivel de la subconciencia (Neptuno).

El místico Neptuno, por otro lado, se hace más luchador y batallador para lograr realizar lo que sus vivencias místicas le marcan, pero en ello peca de falta de control e imposición sobre los demás.

EXPLICACIÓN COMPLEMENTARIA

Hasta ahora hemos estado, en los ejemplos presentados de aspectos entre planetas, introduciéndonos poco a poco en su interpretación, con lo que en este momento podemos ya presentar alguna “técnica” específica para desarrollar un sistema universal, que sirva para todos los casos.

Establezcamos algunas pequeñas, pero importantes reglas que, como ya sabemos por el sistema de estudio en pirámide, supondrán “esquemas mentales de tipo enzimático”.

Antes, recordemos que los aspectos astrológicos se producen como una relación recíproca. Ante ello caben dos posibilidades: la primera es considerar el aspecto astrológico en conjunto y, la segunda, estudiarlo como si fueran en realidad dos aspectos (el que va de X a Y y el que se lanza de Y a X).

A.

Estudio del aspecto astrológico como un ente aparte: se puede usar este sistema cuando nos encontramos en un momento como el presente, en el cual se estudia el aspecto astrológico desligado o abstraído del resto de la carta astral.

Este nivel de interpretación es relativo, ya que no estamos teniendo en cuenta, por ejemplo, si los planetas que entran en aspecto están aspectados por otro lado con otros astros.

A.1.

El esquema mental a usar es, en el caso del trígono: “las cualidades armónicas del planeta X se suman a las características consonantes del astro Y”.

Por ejemplo, en el caso de un trígono entre Marte y Mercurio, la energía dinámica, el ardor y la rectitud del primero se aúnan, se suman o se añaden a la elocuencia, la velocidad, la inteligencia y la palabra de Mercurio.

A.2.

En la situación de la cuadratura, podemos decir: “las cualidades desarmónicas del planeta X se unen a las desequilibradas del astro Y”.

Situémonos en una cuadratura entre el Sol y Júpiter: la soberbia, el egocentrismo y la altanería del Sol se suman a la jactancia, la burlonería y la fachada de Júpiter.

B.

Estudio del aspecto astrológico en sus dos direcciones (del planeta X al Y y del Y al X). Supone un nivel de interpretación más avanzado y completo, aunque debe de ser coherente con el escalón de interpretación anterior.

B.1.

En el caso del trígono podemos establecer dos esquemas mentales complementarios.

B.1.1.

“Cada uno de los dos planetas recibe del otro sus energías, apoyos, cualidades y circunstancias armónicos”. Veamos el caso de un trígono entre Saturno y Neptuno.

La voluntad saturniana recibe de Neptuno fe interna, elevación espiritual y amor universal, con lo cual en todos los ambientes y experiencias en los que Saturno es protagonista (el mundo de la calle y el trabajo), se recibe la fuerza benéfica de Neptuno. A la vez, la vivencia de lo superior y la fe interna reciben de Saturno capacidad de constancia, realismo y responsabilidad.

B.1.2.

“El planeta es impregnado o modificado armónicamente por las energías que recibe del otro”. Este esquema mental como base de partida supone un escalón de profundización más que en el nivel del punto B.1.1.

De ese modo, no solo interpretamos lo que un planeta recibe del otro con el que tiene aspecto, como antes, sino que vemos cómo el planeta es modificado o modulado por el aspecto que capta del otro astro.

Explicado de forma complementaria, en este punto B.1.2 vamos a ahondar en el hecho de que un planeta determinado cambia al recibir un trígono. Siempre va a ser el mismo planeta, por ejemplo Saturno, pero no es el mismo ente astrobiológico Saturno sin aspectos (libre de curso) que Saturno en trígono con Neptuno.

Algo importante ha cambiado en Saturno -y en Neptuno- con respecto a lo que estos planetas significan de por sí solos.

Continuemos con el ejemplo precedente, para que los puntos de referencia básicos continúen siendo los mismos y, así, poder centrarnos en las diferencias.

Saturno al encontrarse en trígono con Neptuno continúa siendo realista y prudente, pero sabe que existe algo superior por encima de lo puramente material y sensorial (Neptuno). A la vez, Saturno aumenta su capacidad natural de reflexión, la cual se encaminará en parte hacia serios temas espirituales.

Saturno gana en fe en algo trascendente, con lo que puede manifestar más interés por entregar parte de sí a alguna causa elevada, que requiera un sacrificio de su natural sentido del ahorro, etc.

Visto desde el ángulo de Neptuno, las tendencias místicas se mantienen ligadas a la realidad debido al trígono con el concretizador Saturno.

El planeta Neptuno se hace más responsable y ligado a lo cotidiano, con lo que las inclinaciones evasivas permanecen controladas. Por otra parte, la inspiración neptuniana sobreviene en buena parte cuando se trabaja en algo con constancia y profundidad (Saturno).

B.2.

Apliquemos a continuación los mismos dos esquemas mentales para las cuadraturas, continuando con tal aspecto en el caso Saturno-Neptuno.

B.2.1.

El enunciado sería así: “cada uno de los dos planetas recibe del otro sus energías, obstaculizaciones, defectos y circunstancias desarmónicos”.

En la cuadratura Saturno-Neptuno el primero recibe del segundo los siguientes elementos: la voluntad de trabajo (Saturno) se enfrenta a los chismes, los enredos y los subterfugios (Neptuno); la constancia y el realismo (Saturno) se ven mermados por las depresiones y los estados psíquicos caóticos (Neptuno); y la seguridad y el control respecto a lo material (Saturno) se difumina por la receptividad a factores psíquicos astrales inferiores.

En este último caso se referiría a la intervención de ciertas energías inferiores psíquicas en los asuntos materiales y laborales.

Veamos ahora qué le llega a Neptuno de Saturno: existe una inclinación a evadirse psíquicamente o a huir (Neptuno) de las circunstancias materialmente duras (Saturno), pero la cruda realidad material (Saturno) obstaculiza y frena de forma seca la tendencia a aislarse y apartarse (Neptuno).

Neptuno recibe una dosis de pesimismo y melancolía (Saturno) que se suma a su natural depresividad. La mística neptuniana recibe una buena dosis de esquemas materialistas, así como de experiencias en forma de palos, sobre todo materiales (Saturno).

B.2.2.

“El planeta es impregnado o modificado desarmónicamente por las energías que recibe del otro, con el cual se encuentra en cuadratura”.

Continuemos con la cuadratura Saturno-Neptuno.

Saturno se ve modificado por este aspecto, en relación con la naturaleza esencial que tiene de por sí, en el siguiente sentido: su conciencia de la realidad (Saturno) se difumina por las debilidades psíquicas inconscientes (Neptuno), la capacidad de trabajo se hace menor con motivo de las divagaciones internas (Neptuno), la responsabilidad (Saturno) se pierde bastante al usarse con cierta frecuencia la mentira (Neptuno), la seriedad se dispersa debido a las inclinaciones huidizas neptunianas…

Desde la otra perspectiva, Neptuno cambia algunas de sus características originales, las cuales son moduladas por la cuadratura con Saturno: la fe (Neptuno) se torna bastante dependiente de los resultados y la utilidad práctica de las cosas (Saturno); la evasividad personal se inclina a lo sobrio, ascético y misántropo (Saturno); la vivencia de lo superior (Neptuno) se encuentra limitada por el materialismo y las mezquindades…

NEPTUNO CUADRATURA MERCURIO

Mercurio tiene que ver con la relación de conceptos y, de ahí, con la mayor o menor cordura de la persona. Por otra parte, Neptuno es el planeta de los océanos psíquicos, con lo que su posición desarmónica nos lleva a interpretar un cierto desequilibrio en esas cuestiones.

Colocándose Neptuno en cuadratura con Saturno, viendo en primera instancia el aspecto como una unidad, no cabe duda de que el factor nerviosismo (Mercurio) y la tendencia a la depresividad (Neptuno) se encuentran acentuados. Un aceleramiento de las funciones mentales (Mercurio) se agudiza con la inclinación al abatimiento psíquico, por lo que una cosa puede llevar a la otra, y viceversa.

Neptuno indica las tendencias evasivas, con lo que cabe esperar que al recibir cuadratura del planeta Mercurio, algunas de las formas de escape sean el intelectualismo, la cháchara superficial y el despiste mental.

Por otra parte, la escala o el nivel de fe en lo invisible (Neptuno) de la persona está marcada por cierto escepticismo y duda viciada (Mercurio). No podemos olvidar que Neptuno representa el chisme, los enredos y los subterfugios, con lo que junto a la imprudencia verbal y la charlatanería mercuriana, darán lugar a multitud de amistades, ideas y relaciones cotidianas enmarañadas.

Analicemos seguidamente el aspecto visto desde la posición del planeta Mercurio. En primer lugar, no cabe duda que el caos y la nebulosa neptuniana dificultan bastante el correcto desarrollo de la razón y la lógica.

Neptuno pertenece al mundo de lo simbólico y lo surrealista, con lo que el hilo lógico de los conceptos (Mercurio) puede quedar a veces en rutas sin sentido (Neptuno). Respecto a la expresión verbal (Mercurio), el individuo hará uso y abuso de las evasivas, las intrigas y las mentiras (Neptuno).

La adaptabilidad mercuriana con una cuadratura de Neptuno puede llegar a ser peligrosa, pues Mercurio duda y Neptuno pierde los límites psíquicos, con lo que la influenciabilidad (Neptuno) acerca de la información que se recibe (Mercurio) es grande, lo que lleva a enredos mentales.

MERCURIO CUADRATURA LUNA

Veamos en primer término la cuadratura desde la posición de Mercurio.

Referente a las capacidades mentales concretas y de relación, hay que decir que la Luna genera bastante pereza, falta de disciplina mental y una memoria hasta cierto punto débil, lo cual ha de ser confirmado con otras cuestiones.

Existe una confrontación entre el intelecto y la imaginación, lo cual significa que ambas funciones se perjudican mutuamente.

La expresión verbal y la comunicación en general (Mercurio) peca de cierta timidez e indecisión (la Luna).

Respecto a la adaptabilidad, hay que tener en cuenta que la Luna es el planeta más rápido del zodíaco, quien es seguido de Mercurio. Así, la conexión entre ambos por cuadratura significa que hay tendencia a hacer las cosas con ciertas prisas (Mercurio) debido en parte a que la Luna genera pereza e introversión.

Veamos ahora qué sucede con la Luna recibiendo la cuadratura de Mercurio.

En primer lugar, respecto a la emotividad natural e inconsciente (la Luna), esta queda cargada de cierta frialdad e intelectualismo. Simultáneamente, la expresión de tales aspectos psíquicos se va a hacer de manera algo superficial e infantil (Mercurio).

La memoria, la cual se encuentra también en relación o analogía con la Luna, sucede que no resulta suficientemente profunda debido al aceleramiento mental que produce Mercurio.

Respecto al sentido o instinto inconsciente de protección o intimidad (la Luna), se ve limitado por las ideas caprichosas y los comportamientos poco maduros o de despiste (Mercurio).

LUNA CUADRATURA VENUS

Los sentimientos de tipo familiar entran en conflicto con los amores sensuales, lo cual en lo concreto puede dar lugar a multitud de posibilidades variadas.

La emotividad instintiva (la Luna) se hace veleidosa y algo lujuriosa, pensando demasiado en pasar el rato y disfrutar de placeres banales (Venus).

El comportamiento o la actitud respecto al hogar (la Luna) se carga o impregna de lujos idiotas, presunción y conductas que buscan más que nada una vida de color rosa aparente y caprichosa.

Veámoslo ahora desde el punto de vista de Venus recibiendo el aspecto.

Las relaciones amorosas (Venus) pecan de, aunque no lo parezca, cierta timidez e introversión (la Luna). Digo que aunque no lo parezca, pues la Luna representa la imagen de la personalidad o la impresión que se causa,la cual tratará de demostrar una felicidad y alegría superficial (Venus).

Como ya se comentó antes, existe una contraposición de cuadratura entre la vida familiar y la inclinación a las diversiones, la vida social, los placeres y los lujos, y otros elementos en sintonía vibratoria con Venus.

El sentido del arte y de la estética se acentúa por el hecho de que Venus y la Luna están en relación, ya que ambos son planetas sensibles y artísticos, pero puesto que se trata de una cuadratura y, concretamente con la Luna, lo que predomina es una imagen (la Luna) de belleza y de sensibilidad estética, pero más que nada de forma frívola, porque faltará la voluntad y la profundidad.

VENUS CUADRATURA URANO

Los sentimientos amorosos se caracterizan por la rebeldía, las utopías y los comportamientos excéntricos. Lo que se pretende es estar a la última onda, pero en realidad tal onda no es de demasiada calidad, pues se tiende en el amor a las reacciones y actitudes repentinas, hasta en ocasiones irresponsables.

Recordemos que Urano mal aspectado tiene la inclinación a no controlar los efectos de lo que genera, debido en gran parte a sus cambios espasmódicos de esquemas mentales y de perspectiva de ver las cosas, a la vez que su afán en no perder la libertad personal le puede conducir al libertinaje.

El sentido de la estética es bastante alocado, desordenado y revolucionario.

Desde la posición en que se encuentra Urano, vamos a estudiar seguidamente qué es lo que ocurre.

La renovación de los pensamientos y los patrones de conducta (Urano) está muy influida por el placer, la comodidad y los lujillos, aunque la persona quiera dar la impresión de que se encuentra totalmente desapegada de tales aspectos.

Respecto al concepto de la propia libertad, no cabe duda alguna de que sobre todo se buscará disfrutar de los placeres venusinos, pero sin atarse ni responsabilizarse (Urano). Las utopías (Urano mal aspectado) se encuentran en analogía con un concepto muy liberal del amor y de las relaciones sensuales.

URANO CUADRATURA JÚPITER

Veamos este aspecto o relación entre planetas desde el punto de vista de Urano.

La libertad personal y el gusto por llevar la contraria (Urano), se expresan sobre todo en la inclusión de la persona en los círculos sociales (Júpiter), en los cuales se manifestará rebelde, llamando la atención y tratando de incluir algunos elementos de vanguardia (Urano). Los comportamientos repentinos y los libertinajes también se expresarán en esa área.

Las utopías, por supuesto, se refieren al mismo terreno anterior, pero en la realidad la persona es un mal ejemplo de rebeldía (Urano) y relajo (Júpiter).

Las mayores locuras mentales (Urano) se manifiestan en buena parte en las cuestiones de moral y de opinión (Júpiter), las que se caracterizarán por la extravagancia y las utopías (Urano) exageradas (Júpiter).

EL SEXTIL

Se ha de interpretar en la misma línea que el trígono, pero teniendo en cuenta que su valor como máximo en cuanto a potencia armonizadora es de la mitad de un trígono. Salvando esta cuestión, no queda otro comentario al respecto.

 

LA SEMICUADRATURA

Ha de interpretarse como la cuadratura, pero quizás sea un poco atrevido decir que la semicuadratura en cuanto a potencia desequilibradora sea la mitad de una cuadratura.

Quizás resulte extraño decir esto, pues la semicuadratura es en grados la mitad de una cuadratura, pero esto no tiene nada que ver. La sesquicuadratura, por ejemplo, es la suma de una cuadratura más una semicuadratura, pero su fuerza es mínima.

Tampoco, respecto a lo que venimos comentando, sirve la comparación con el sextil, pues este aspecto sí tiene en su base razones objetivas para considerarse armónico, independientemente de que sea la mitad de un trígono.

Ya estudiamos al respecto que los planetas con sextil plenivalente se sitúan en elementos afines (fuego-aire y agua- tierra). Esto es en sí una poderosa razón para tener en cuenta al sextil de por sí solo como un aspecto de fuerza armonizadora o equilibradora. Sin embargo, con la semicuadratura no sucede lo mismo, pues la única razón que la apoya es la de ser la mitad del aspecto mayor desarmónico (cuadratura).

Esto en la práctica significa que un sextil se puede considerar como un aspecto armónico medio, mientras que la semicuadratura queda limitada a algo menos, lo cual lo demuestra su orbe.

Profundización en los Aspectos
Aries
Aries
Tauro
Tauro
Géminis
Géminis
Cáncer
Cáncer
Leo
Leo
Virgo
Virgo
Libra
Libra
Escorpio
Escorpio
Sagitario
Sagitario
Capricornio
Capricornio
Acuario
Acuario
Piscis
Piscis