Introducción a la Interpretación Astrológica

Introducción a la Interpretación Astrológica

Avanzando en la globalización astrológica.

Hasta el momento hemos estudiado relativamente por separado los elementos básicos de la Astrología, los cuales son como ya sabemos: los planetas, los signos zodiacales, los aspectos y las casas astrológicas.

Se puede decir que con uno de los últimos capítulos que tratamos sobre la Astropsicología, concretamente el de la globalización astropsicológica, iniciamos nuestra andadura en lo que a la interpretación se refiere, la cual inicialmente se basa en el que se ha dado a llamar razonamiento por analogía.

En realidad, me parece más correcta la denominación de relación por analogía o analógica.

En el caso que hemos comentado, el de la globalización astropsicológica, evidentemente la relación analógica se basa en visualizar las similitudes entre, por ejemplo, el signo del Toro, el planeta Venus, la casa II, el elemento tierra, la cualidad fija, una casa material y una casa fija, aparte de la exaltación de la Luna, el exilio de Plutón y Marte, y la caída de Neptuno.

Digamos que todos estos elementos mencionados poseen una relación entre sí de tipo dinámica. Veámoslo con ejemplos

Casa I

La CASA PRIMERA es la que regenta las formas en que el yo se manifiesta hacia fuera, es decir, los modos de conducta y comportamiento.

El Sol indica la individualidad y la Luna es la personalidad psíquica, pero la casa primera, cuya cúspide o inicio se llama Ascendente, se entronca con las energías que el yo usa para expresarse y actuar externamente. Por lo general, el ser humano a lo largo de su vida pasa por momentos en los que necesita hacer sobresfuerzos o poner en movimiento energías que posee potencialmente.

A la vez, aun cuando no existan factores externos apremiantes, el hombre no se manifiesta siempre tal como es y se siente internamente, pues ello sería poco práctico, sino que va formando una manera de acción externa que se puede adaptar dependiendo de las circunstancias.

Es la polarización continua que existe entre el yo y los otros, o dicho de forma astropsicológica, entre la casa I y la casa VII.

En la casa primera, igualmente, se albergan algunos de los rasgos y constitución física de la persona en cuestión. La casa I posee una analogía esencial con el signo del Carnero, con el elemento fuego, la cualidad cardinal, las casas de la iniciativa, las casa vitales, con Marte en domicilio, el Sol en exaltación, Venus en exilio y Saturno en caída.

Es interesante profundizar en el símbolo gráfico representativo del planeta Marte, el cual consta de un círculo del que se proyecta una flecha diagonal ascendente. Esto indica que Marte es la manifestación dinámica en función de la conciencia y la voluntad.

Igualmente, la casa primera son las energías, medios y cualidades del yo por las cuales se manifiesta la esencia individual de la persona. Ello lo confirma el hecho de que el Sol quede conectado con la casa primera por su exaltación en el Carnero.

Lo anterior significa que las manifestaciones externas del yo, o sus conductas, son un eficiente método para profundizar en la individualidad interna de la persona de que se trate (Sol).

Esto es muy práctico si tenemos en cuenta que el mundo interno de una persona no es fácilmente asequible para los demás, con lo que la enseñanza de que “por sus frutos se les conoce ” parece bastante acertada.

Dos puntos han de controlarse adecuadamente de manera especial como manifestaciones desarmónicas del yo. Una es la agresividad (Marte) y otra es la soberbia (Sol).

Igualmente, la valentía (Marte) y la autoconfianza serena (Sol), son dos ejes fundamentales a la hora de la proyección del yo (casa I).

El exilio de Venus y la caída de Saturno en el sector del Carnero, afín a la casa primera, se podría interpretar como dos extremos que hay que salvar o equilibrar para lograr un desarrollo armónico interno y externo del yo: uno es la excesiva autoindulgencia (Venus) y, el segundo, la demasiada rigidez (Saturno).

En algunas enseñanzas de escuelas esotéricas, como la masonería, se estudia en lo teórico y en lo práctico el punto medio de conjunción entre las dos columnas, la del rigor y la de la clemencia, como base para las actitudes con respecto a uno mismo y en relación con las actuaciones hacia fuera.

Casa II

La CASA SEGUNDA es la relacionada con las pertenencias materiales, las entradas económicas, los gastos de dinero, el sustento necesario que va ligado a las necesidades básicas (alimentación, vestido, vivienda, etc.) y, en general, el producto del trabajo manifestado en realidades físicas.

Venus se domicilia en el signo del Toro y, por tanto, existe por ley de analogía una afinidad esencial entre este astro y la casa II. Veamos por qué.

Venus es un planeta en el que se mezcla el círculo con la cruz, es decir, la voluntad con la materia. Venus representa la sutilización o refinamiento de las necesidades básicas humanas con elementos estéticos o de lujo. Así, mediante Venus el comer no es solo una nutrición imprescindible del cuerpo para que este siga viviendo, sino que se constituye toda una serie de artes culinarias, que bien alejan de una sana alimentación, o que dan un toque imprescindible de placer natural a las comidas.

Este mismo planeta es el que produce que el vestido, en los grupos sociales con cierto nivel económico, sea cuestión de mostrar o de presumir, aparte de que en su base la vestimenta sea una necesidad básica humana. En este terreno Venus genera toda una serie de elegantes combinaciones de materiales y formas, o un derroche innecesario.

Estudiemos la exaltación de la Luna en este sector astropsicológico. La Luna representa el mundo del hogar, la madre, la mujer, el romanticismo y lo pasajero. Este astro nos confirma la relación de los asuntos de la casa dos con necesidades de tipo afectivo o psíquico subconsciente, entre las que se encuentran el instinto de sentirse protegido.

Lo anterior es algo que los especialistas en técnicas publicitarias y de imagen dirigidas al consumo explotan hasta la saciedad. El comprar o acumular riquezas pudiera parecer que es algo fundamentalmente de carácter físico-instintivo, pero en realidad no es así. Subyace en muchísimas ocasiones un componente lunar, que busca una satisfacción emocional.

Por ello, detrás del hecho externo en sí de comprar una casa, un coche, un bonito vestido, un disco o un perfume, hay tanto destellos estéticos y sensuales venusinos, como reflejos del magnetismo lunar, a través del cual se pretende alcanzar un estado de confort psíquico y no solo físico.

Pero por supuesto que él, en ocasiones, voluptuoso signo del Toro, precisa en su tonalidad inferior satisfacer unas necesidades puramente instintivas, las cuales suele adornar con elementos decorativos insustanciales.

Plutón y Marte se encuentran en este sector en exilio, es decir, en principio en posición desarmónica. Es lógico, si nos paramos a pensar, ya que el primero es el planeta de los rencores acumulados y, el segundo, de la competitividad agresiva. Solamente tenemos que mirar a nuestro alrededor esa importante parte de la realidad humana del mundo de los dineros, las compras, las ventas, etc.

Pero también, si esta energía se canaliza adecuadamente, el terreno de la materia es forja de acciones valientes (Marte) y experiencias valiosas (Plutón).

Por último, la caída de Neptuno en el sector del Toro tiene varias acepciones: una es el hecho de que el mundo de la batalla material es propicio para los engaños y supersticiones y, otra, que este mismo terreno es también favorable para perder los puntos de referencia metafísicos o espirituales, los cuales se encuentran en cierta medida regidos por este planeta.

A la vez, conjugar lo espiritual-místico (Neptuno) con lo material-económico (sector dos), es algo difícil, pero constituye una gran fuente de experiencias y de buenos resultados.

Casa III

La CASA TERCERA se relaciona con la educación, los estudios concretos, el aprendizaje intelectual, las comunicaciones, los escritos, los viajes cortos, los hermanos, etc.

El signo del zodíaco que se encuentra en afinidad con esta casa es el de los Gemelos, el cual a su vez afina con el elemento aire, la cualidad común, las casas de las relaciones y las casas de la adaptación. Este signo del zodíaco también sintoniza por vibración esencial con Mercurio en regencia, Júpiter en exilio y Urano en exaltación.

Con respecto a la educación, veamos qué nos dice el libro de los cielos acerca de los motivos principales que debe perseguir.

Por una parte, Mercurio insiste en que de manera principal se ha de fomentar en el niño y el joven estudiante la capacidad de relación, las dotes de comunicación y expresión y, en general, todo aquello que le pueda servir para adaptarse a las distintas circunstancias de la vida.

Podríamos añadir también, de acuerdo al símbolo gráfico de Mercurio (semicírculo, círculo y cruz, en orden de arriba abajo), que tanto se ha de entrenar la mente del joven en el pensamiento abstracto (semicírculo hacia arriba) como en el fortalecimiento de su voluntad (círculo) y en todo tipo de capacidades intelectuales prácticas (cruz).

La exaltación de Urano en este sector zodiacal, añade a la interpretación que la intuición debe de ser otro de los fines primordiales de la educación, tanto en lo que se refiere a inventiva y capacidad de investigación, como en relación al pensamiento superior, de acuerdo a la asimilación de las propias experiencias y el conocimiento de las leyes naturales.

En cambio, la caída de Júpiter avisa que por muy programado racionalmente que se encuentre un proceso educativo, si al niño se le impregna de una filosofía u óptica de la vida superficial, quedará un vacío fundamental.

Por otra parte, Júpiter aconseja que la educación no únicamente se sustente en el razonamiento concreto y la memorización de datos, sino igualmente en la formación en valores de tipo humanista. Como complemento educacional, por supuesto que se encuentra el de los viajes y el contacto con otras culturas y formas de pensar.

Si observamos las preguntas que hace un niño, por ejemplo, estas no se refieren solo a la necesidad de acumular en su memoria datos necesarios, sino al porqué de las cosas.

Casa IV

La CASA CUARTA se conecta con la familia paterna y todas las cuestiones kármicas que a través de ella se manifiestan, tanto armónicas como desarmónicas; la herencia psíquica y biológica; la figura del padre o de la madre; la primera parte de la vida, especialmente la infancia y, en general, la fase en la que la persona está viviendo con sus padres; la última parte de la vida o la vejez; el lugar de nacimiento; los bienes que la persona pueda tener por haber nacido en tal o cual familia, etc.

El signo del Cangrejo es el que afina con esta casa y, a la vez, se relaciona con el elemento agua, la cualidad cardinal, las casas psíquicas, la regencia de la Luna, la exaltación de Júpiter, el exilio de Saturno y la caída de Marte.

Veamos qué interesantes conclusiones podemos obtener de esta relación de analogías. La Luna nos transmite la idea de que unas da las mayores influencias que se asimilan durante la infancia son precisamente las que rige este planeta astrológico: la alimentación, el período de gestación, la memoria inconsciente y los afectos.

Por supuesto que la Luna nos manifiesta dos polos en cualquiera de los asuntos anteriores: la polaridad dual, caprichosa y a la vez de apegos paralizantes, y la parte de dulzura, afectos cristalinos y protección equilibrada.

Tanto de un lado como de otro, lo que sí es claro desde el punto de vista astropsicológico es que, especialmente el período de la infancia, está marcado fundamentalmente por la asimilación y la nutrición, tanto desde la perspectiva física como de la psíquica. Ello significa que se ha de cuidar especialmente todos aquellos nutrientes físicos y psíquicos que se proporcionan al niño.

La exaltación de Júpiter es el indicativo de la necesidad de una adecuada socialización y de una figura paterna generosa, humana y alegre. En el caso de la Luna lógicamente la madre constituye la parte más afín a la vibración de este planeta.

Marte tiene su caída en este sector zodiacal y representa en tal posición el peligro de una educación paralizadora de las iniciativas del niño que se está formando. A la vez, se debe de dar salida creativa a la agresividad y la susceptibilidad que puede caracterizar algunas etapas.

El exilio de Saturno da la voz de alarma ante un planteamiento educativo que resulte rígido y basado en el materialismo. Como complemento, Saturno expresa la conveniencia de que el joven poco a poco vaya tomando contacto con la realidad externa, a la vez que ejerciendo responsabilidades ante ella.

Casa V

La CASA QUINTA se encuentra con influencia sobre los siguientes temas: los hijos, las obras creativas, el ocio, la diversión, las relaciones afectivas o sensuales no matrimoniales, los negocios y las inversiones, etc.

El signo del León es el que regenta este sector astropsicológico y, al mismo tiempo, afina con el elemento fuego, la cualidad fija, las casas vitales, las casas de la constancia, la regencia del Sol, la exaltación de Plutón, el exilio de Urano y Saturno, y la caída de Mercurio.

La regencia del Sol sobre este sector de influencias no deja de aportar cuestiones más que curiosas.

Se concibe a esta casa como un intento de proyección directo del Sol de la individualidad, hacia los hijos, por ejemplo, que en ocasiones se pretende ver como una prolongación del ego del progenitor, lo cual no es cierto y, a la vez, constituye una actitud soberbia. Lo que sí es real, es que la huella que la persona puede dejar sobre su descendencia se enmarca sobre todo en la calidad humana y vital que los padres muestren con sus hijos.

Igual sucede con las novias o los novios, a los que se busca como una descarga de la energía vital, o como un encontrarse con la parte más idealizada de uno mismo.

Los negocios también son como los hijos, pues ellos requieren de una gran cantidad de energía vital y de una identificación total con las cualidades individuales.

En todos estos temas existen dos extremos a evitar, que son los que los planetas en exilio en el León expresan: Urano y Saturno.

En la relación con los hijos, la dualidad que hay que evitar en su parte desarmónica es una educación o una relación con ellos que se desequilibre hacia lo estricto (Saturno) o, por el contrario, hacia lo irresponsable (Urano). A la vez, los padres en sí tienen que lograr una difícil sintonía entre la responsabilidad que poseen con sus hijos (Saturno) y sus propias necesidades de libertad personal (Urano). En el proceso educativo ha de irse enseñando la combinación por parte del niño entre esos dos mismos factores (libertad y responsabilidad).

En cuanto a los negocios, las inversiones y las especulaciones, parece que la Astropsicología apunta al hecho de que las bases para el equilibrio de fuerzas y, por tanto, el éxito, radican en la intuición (Urano) y el trabajo tesonero (Saturno).

Por otro lado, el peligro de los negocios se encuentra en las decisiones repentinas poco meditadas (Urano) y en una usura de planteamientos y acciones (Saturno).

En cuanto a las relaciones sentimentales, igualmente la clave se encuentra en un punto de conjunción creativa entre la libertad personal y la madurez mutua.

Casa VI

La CASA SEXTA se conecta con la salud en general y sus problemas de ligera o mediana importancia.

Igualmente, en la casa seis podemos encontrar todo lo relacionado con el ambiente del trabajo cotidiano: compañeros, jefes, entorno, subordinados, etc. Se suele añadir a esta lista de significados lo relacionado con la servidumbre de la cual la persona pueda gozar en su hogar, en gran parte por el hecho de que el ámbito de esta casa seis no solo se refiere al trabajo en la calle, sino también se extiende a las labores de la casa.

Está claro que la limpieza cotidiana, la confección de la comida, el lavado de la ropa, e incluso la higiene personal, son cuestiones que llevan su tiempo. Por ello, si las posibilidades económicas lo permiten, se tiende a que tales menesteres sean atendidos por otros.

Algo parecido a lo anterior sucede con el trabajo diario, muchos de cuyos aspectos resultan más o menos desagradables o incómodos. A la vez, al plantear un trabajo profesional a mayor escala, se ha de contar necesariamente con empleados o personas en las que se deleguen ciertas responsabilidades o tareas. Como ya se sabe, todo esto genera un mundo complejo, el cual viene marcado por la influencia del signo número seis: la Virgen.

La casa seis a través del signo de la Virgen sintoniza desde el punto de vista vibratorio con el elemento tierra y las casas materiales, la cualidad común y las casas de la adaptación, la regencia nocturna del planeta Mercurio, el exilio de Neptuno y Júpiter, así como la caída de Venus.

Veamos a continuación qué conclusiones podemos extraer de tales correspondencias analógicas.

Ya sabemos que las palabras-clave del signo de la Virgen son el yo analizo y el yo sirvo.

Este signo, como ya se ha visto, representa el arquetipo de la racionalización del trabajo, el cual es una condición indispensable para que este sea efectivo y, a la vez, lo más cómodo posible.

En cuanto al yo sirvo, es claro, pues el ser humano ha de aprender, a través de la fuerza que emana este sector astrológico, a conocer cuáles son sus capacidades y a potenciar sus habilidades.

La regencia nocturna de Mercurio habla de la labor interiorizada de la razón para solucionar pequeños detalles cotidianos, pero que por ser pequeños no dejan de ser una piedra fundamental para poder llegar a tocar otras cuestiones más elevadas.

Al mismo tiempo, Mercurio es indicativo aquí de que el exceso de racionalismo puede mantener al ser humano ocupado en una serie de labores mediocres que no poseen mayor trascendencia, las cuales le generan sobre todo mayor nerviosismo.

La caída de Venus aporta enormes soluciones al mundo del trabajo. Por ejemplo, el hecho de que el ambiente laboral ha de ser lo más agradable e inspirador posible, para así poder plasmar la labor personal con gusto y armonía. Pero está claro que la mayor parte de las veces no es así, por lo que se explica la caída de este planeta, el cual no solo apunta a un ambiente laboral gustoso, sino también a la necesidad de las relaciones interpersonales cálidas y humanas en dicho entorno.

Neptuno cae en este sector y recordemos que su exilio lo posee igualmente en otro signo del elemento tierra, con lo cual parece que, efectivamente, sí es difícil armonizar un trabajo material intenso con unas vivencias espirituales satisfactorias.

Por supuesto que los misticismos no valen de mucho en un ambiente de eficiencia en el trabajo sobre la materia, pero sí la fe o la clarividencia a cuestiones trascendentes. Cuando por la rutina de muchos trabajos cotidianos se pierde la esperanza o la visión de lo superior, sobreviene la depresión y el chisme, elementos ambos regidos por Neptuno.

Si observamos detenidamente, veremos que efectivamente el chisme es un odioso elemento en los ambientes de trabajo. Se cuela por todos lados como un fantasma y es bastante difícil de controlar en cuanto a los efectos que produce.

Júpiter se encuentre de la misma manera en posición desarmónica en el signo de la Virgen, y es que las cuestiones laborales no precisamente suelen estar regidas por la generosidad y los valores idealistas, sino más bien por un afán de expansión organizada y lo más fácil posible.

Pero, por otro lado, si se logra elevar a Júpiter, no cabe duda de que la abundancia que se logra no solo es material, sino verdadera y completa felicidad. En cuanto a la salud, es muy digno de ser tomado en cuenta el hecho de que el signo de la Virgen en lo físico se relacione directamente con los intestinos. ¿Será que efectivamente en esta parte del cuerpo reside la base de la salud?.

Como complemento, el hígado, representado en este cuadro por Júpiter y, los riñones, simbolizados por Venus, explican desde el punto de vista astropsicológico dónde las enfermedades comienzan a ser leves. Además, la regencia de Mercurio y el exilio de Neptuno explican que el sistema nervioso es otro de los protagonistas.

Si lo observamos en la realidad de la vida cotidiana, cuando el trabajo diario hace que se pierda el autocontrol, los sistemas que en primer lugar se ven perjudicados son el nervioso debido al estrés y, el digestivo, como consecuencia de las malas y rápidas comidas.

En la relación con los empleados y los compañeros de trabajo, Mercurio es el planeta que en principio parece más adecuado por su domicilio para usarse en el ambiente laboral: la comunicación, la adaptabilidad y la vivacidad de pensamiento.

Casa VII

La CASA SÉPTIMA se relaciona con el signo de la Balanza, el cual a su vez posee conexiones con los siguientes factores astropsicológicos: el elemento aire, la cualidad cardinal, las casas de las relaciones, las casas de la iniciativa, Venus como regente nocturno, Saturno en exaltación, Marte en exilio y el Sol en caída.

Los atributos de la casa VII son fundamentalmente aquellos que significan una expansión del yo al buscar un complemento a sí mismo.

De ahí, que esta casa terrestre se relaciona con el matrimonio, al igual que con la ruptura de este, es decir, separación o divorcio; con las asociaciones y los socios, siempre que se pongan intereses en común; y, como una polarización muy fuerte, también este sector terrestre afina con los enemigos declarados, los pleitos, la justicia, etc.

Asombrosamente, algunas de las causas de enemistades y pleitos más duros son los que fueron cónyuges o socios en otro tiempo.

Parece que el ser humano pasa de Venus a Marte, es decir, del amor al odio, con demasiada facilidad.

Con respecto a la regencia nocturna de Venus, no es difícil entender que esta se conecta con la necesidad de un verdadero amor que viene desde dentro para que los asuntos de la casa VII vayan correctamente.

Por ello, una asociación de tipo comercial con personas con las que no haya relaciones de fuerte sintonía, son más el origen de quebraderos de cabeza que cualquier otra cosa. Esto es así, ya que Marte hace pronta aparición desde que encuentra hueco.

Marte dinamiza todos los aspectos relacionados con la casa VII, pero no olvidemos que es el planeta de la agresividad, la cual es la mejor forma de romper bruscamente un tratado, un acuerdo o, sencillamente una confianza depositada. Por ello, el control de este instinto se hace imprescindible en cuanto a lo que es el matrimonio o la relación con los asociados.

La caída del Sol en este sector aporta detalles interesantes. Más que nada, se refiere al hecho del posible peligro de perder parte de la individualidad propia al entrar en relación profunda con otra persona. Pero el astro solar dice que la base precisamente de una relación de dependencia enriquecedora, es la aportación por parte de cada miembro de la pareja o de la asociación, de lo mejor de sí mismo.

Saturno es el que se encuentra en exaltación en este sector siete, por lo que la voluntad y la responsabilidad de nuevo hacen su aparición en el escenario, al igual que la posible mezquindad en las maneras de actuar y pensar. La rigidez, el excesivo control debido a las desconfianzas, y las rutinas, son elementos que hacen sucumbir, y con razón, la dulce melodía de Venus.

Casa VIII

La CASA OCTAVA es la que tiene relación con el signo del Escorpión, el cual a su vez se coordina astrológicamente con el elemento agua, la cualidad fija, las casas kármicas, las casas de la constancia, Plutón en domicilio, Marte en corregencia, Neptuno en exaltación, Venus en exilio y la Luna en caída.

Como ya sabemos, esta es la casa de los procesos intensos de autotransformación, del ocultismo, de la psicología sexual, de los puntos del carácter que generan evolución o involución intensas, de la muerte física, de la muerte psíquica, etc.

Plutón nos habla en esta casa de que todos los asuntos de esta, constituyen aspectos de la vida que son lentamente y de manera oculta trabajados durante un tiempo, hasta que al final se manifiestan los resultados de forma brusca. Es la típica trayectoria de Plutón, la cual viene muy bien resumida en su símbolo, en el cual la voluntad circular hace lo posible y lo imposible por vencer la barrera horizontal de la inercia.

Durante ese tiempo no se observa nada externamente, pero cuando esa fuerza acumulada encuentra una vía de salida, surge con tremenda fuerza, para bien o para mal.

La psicología sexual humana se manifiesta de igual manera: se produce una acumulación del nivel de energía y luego una relativamente rápida descarga de la misma, lo cual no quiere decir que en sí esta función no sea duradera. Es decir, tanto la más fiel pasión amorosa como la más instintiva obsesión, vuelven a crecer en un ciclo día tras día y año tras año.

Plutón, en todos los temas relacionados con la casa ocho, indica que se encuentran en juego potentes fuerzas invisibles, con las que sobre todo no es conveniente jugar de manera poco meditada. Así, este planeta es el que da la entrada (y también la salida) a los infiernos. Por supuesto que nos estamos refiriendo a infiernos desde el punto de vista psíquico, y no como lugar físico simbólico.

Plutón conecta con las más profundas raíces de la energía humana, tanto como fuerza capaz de cambiar todo lo que está torcido, como potencia que puede degenerar en autodestructiva e involutiva.

Plutón a través de la casa octava es la representación viva de la toma de contacto con nuestras raíces, tanto animales como divinas.

Marte es el planeta que pone una carga de dinamismo externo en los asuntos regidos por esta casa. De esta manera, si la casa ocho es la trasformación evolutiva del carácter y de la psiquis, Marte proporciona la clave de que para ganarse un verdadero cambio existencial es precisa la acción y el aprendizaje mediante ensayo y error. A la vez, los instintos humanos pueden ser tanto la base del trabajo de esta casa como la perdición, dependiendo de si son controlados creativamente o no.

Es lógica la exaltación del elevado y psíquico Neptuno en este sector terrestre. No cabe duda de que el ser humano se libera o se encadena dependiendo del estado de su nivel subconsciente.

Esta área terrestre es propicia para bucear en los mundos internos, lo cual ha de hacerse equilibradamente, ya que Escorpión es indicativo de extremos.

Tanto la depresión como la elevación psíquica se encuentran abanderadas en el signo octavo por el planeta Neptuno.

El exilio de Venus es la posibilidad de que se pierda el sentido de la estética y de la finura si los instintos toman rienda suelta de manera desenfrenada. A la vez, lo apasionado y sensual entra en la casa octava.

La caída de la Luna no deja de ser al inicio un poco confuso para el estudiante de la Astropsicología, ya que ella es un astro afín en principio al elemento agua. Significa que el sentimentalismo no tiene cabida para las drásticas revoluciones internas del signo del Escorpión.

Por otro lado, la Luna es la ensoñación y la dulcificación imaginativa de las experiencias, pero el signo del Escorpión prefiere por lo general ver la realidad en carne viva, sin aditivos.

En cuanto al tema de la muerte física es interesante estudiar algunos puntos a la luz de lo explicado. Por ejemplo, de acuerdo a Plutón, la muerte física es la acumulación de toda una serie de energías involutivas: hay quien ha dicho que el hombre no muere, sino que se mata. Es decir, muchas veces se necesita ser bastante constante para llegar a enfermar al cuerpo de manera irremediable. Por otro lado, podemos añadir que tanto la caída de la Luna como el exilio de Venus vuelven a poner al estómago y a los riñones sobre el tapete en cuanto a la preservación de la salud y de la vida: ¡la alimentación!.

No deja de ser digno de observación que cuando la muerte se acerca, Neptuno hace relativamente frecuente una cierta necesidad espiritual o mística en muchas personas, que incluso antes siempre habían sido escépticas. Igual pasa cuando debido a pruebas fuertes de la vida, se ha producido una regeneración o degeneración completa de la persona.

Marte nos da un punto de prudencia, y es el hecho de la vulnerabilidad de nuestro cuerpo físico, ya que este planeta es el que tiene que ver con los accidentes. Una simple caída de una silla colocando una lámpara puede ser motivo de enormes molestias físicas y limitaciones.

En cuanto al ocultismo y el trabajo interior, se puede decir que Plutón no es un astro excesivamente intelectual, pero sí enormemente vivencial, o dicho de otra manera, muy identificado con sus experiencias, casi como la máxima realidad. Por ello, lo que nos aporta el introspectivo Plutón es el hecho de que para penetrar en los Arcanos ocultos hay que descubrirse a sí mismo a través de todas las experiencias que aporta la vida.

Casa IX

La CASA NOVENA es la que sintoniza con el signo del Centauro, el cual a su vez depende del elemento fuego, la cualidad común, las casa vitales, las casas de la adaptación, Júpiter en su domicilio diurno, Mercurio en exilio y Urano en caída.

El área novena de influencia terrestre es afín a la filosofía general de la vida que posee la persona, sus conceptos morales; las cuestiones ideológicas, religiosas o de conceptos políticos; los ideales o lo que se considera como elevado, los viajes largos, el contacto con el extranjero, los estudios abstractos o superiores, las dotes de clarividencia, etc.

Existe clara relación de todos los asuntos de esta casa con el planeta Júpiter, ya que este significa expansión y llegar más lejos. Por tanto, todas las iniciativas de “alto vuelo” o que mediante una imagen de fachada pretendan serlo, se encuentran en sintonía perfecta con este astro.

No se ha de olvidar que esta casa se encuentra en sintonía con la cualidad común, por lo cual es una casa terrestre de las que hemos dado en llamar de la adaptación.

Por una parte, es sano que la filosofía de la vida que cada uno se forma, vaya expandiéndose poco a poco, a la vez que la vida va tomando su curso; pero, por otro lado, se manifiesta en esto un fenómeno bastante típico en una buena parte de la humanidad, y es el hecho de que se cambia con una facilidad asombrosa de partido político, de opiniones, de ideología y, hasta incluso, de actitudes morales.

La influencia sagitariana, en gran parte debida a Júpiter, y en otra buena medida al elemento fuego, siempre tiende a llegar más lejos, sea físicamente o con los ideales.

El exilio de Mercurio anota la marcada inclinación a que los asuntos del octavo sector terrestre sean objeto de mercantilismo, de demagogia y de intelectualismos.

Si bien es cierto que la casa novena bien concertada puede servir de guía a la persona e incluso a las colectividades, igualmente es verdad que por medio de las filosofías pregoneras y de las políticas oportunistas, el ser humano se pierde en un sin fin de divagaciones y especulaciones sin base.

La posición de Mercurio con respecto al sector nueve, aunque en principio desarmónica, significa que el intelecto concreto y la educación (Mercurio) son la base para los temas de la casa IX, a la vez que constituye en ella uno de los mayores factores propicios para el enredo.

La caída de Urano también aumenta esa carga mental de la casa IX, en el sentido de que las extravagancias y los esnobismos están en ella a la orden del día. Pero, como polaridad, no cabe duda de que en parte solo los que poseen intuición (Urano), son los que salen adelante entre un sin fin de opiniones, dogmas e ideologías.

Urano puede ser tanto la tendencia humana a establecerse una idea del mundo y de las cosas un tanto alocada y del momento, como la inclinación a buscar una sana independencia mental con respecto a tales modas pasajeras.

Casa X

El SECTOR DÉCIMO es el que se corresponde con el signo del Macho Cabrío y, este, a la vez, con el elemento tierra, la cualidad cardinal, las casas de la adaptación, las casas materiales, la regencia del planeta Saturno, la exaltación de Marte, el exilio de la Luna y la caída de Júpiter.

Los significados que la casa décima concreta son la profesión, la vocación, las metas a medio y a largo plazo, las experiencias en contacto con la sociedad, los reconocimientos sociales y públicos, los obstáculos en lo social, las grandes realizaciones de la vida, el poder social, las experiencias públicas, etc.

La regencia de Saturno sobre todos estos asuntos es clara, pues el paso del tiempo resumido en experiencia, diplomacia bien entendida, voluntad y trabajo constante, son elementos prácticamente indispensables para comenzar a manejar de forma correcta todos los factores que se plantean en este tipo de vivencias.

Hay quienes prefieren, y no son pocos, la intriga, la malicia, el control usurero y el aplastamiento de los valores elevados, para de esa manera subir socialmente, buscando el poder.

Digamos que, en general, el ambiente de la calle se encuentra regido por el signo del Macho Cabrío y el sector décimo. No olvidemos que el control del espacio y del tiempo siguen siendo las dos columnas sobre las que se sustenta todo el entramado material del ser humano.

Por si con Saturno no fuera suficiente, hace su aparición el duro planeta Marte, el cual promueve en su parte desarmónica que el mundo de las cosas de la calle sea verdaderamente una lucha constante, sobre la cual no es desacertado decir que predomina la ley de la supervivencia del más fuerte. A la vez, Marte armónico da pie para que aquellos que poseen iniciativa y espíritu de lucha, puedan salir victoriosos si dosifican correctamente sus energías.

El exilio de la Luna es evidente, pues los sentimentalismos y las susceptibilidades, así como la pereza, no encuentran sino problemas en la casa décima. Pero, por otro lado, la Luna expresa que la mejor salvaguarda a ese ambiente es el hogar, siempre y cuando posea la dosis suficiente de dulzura y romanticismo.

La caída de Júpiter no solo simboliza un tipo de experiencias en la que la generosidad por lo general brilla por su ausencia, sino la poca fuerza con la que se manifiestan los valores morales de tipo humanista.

Como contrapartida, Júpiter coloca como requisitos para un alto vuelo de tipo social a la expansión mental, la filosofía amplia de la vida, los viajes, etc.

Casa XI

El SECTOR ONCEAVO es el que se refiere a las relaciones con las amistades, tanto armoniosas como desarmoniosas; los protectores con los que se pueda topar la persona, la participación en grupos o asociaciones que se sustenten en algún ideal, los proyectos e ilusiones cara al futuro, las aficiones de tipo intelectual, etc.

Es una casa de carácter mental, con una vertiente comunicativa en lo que se refiere a los amigos y la participación en asociaciones de carácter cultural o fraternal, y, por otra parte, posee igualmente características mentales más interiorizadas, como en el caso de los hobbies o aficiones intelectuales.

La casa undécima sintoniza con el signo del Aguador, las casas de la comunicación, las casas de la constancia, el elemento aire, la cualidad fija, Urano y Saturno como regentes, el Sol en exilio, Mercurio en exaltación y Plutón en caída.

Comentar la relación de Urano con todas estas experiencias es algo que sobra, aunque quizás no nos hayamos planteado la cuestión de la amistad o de la participac

ión en grupos como algo de ideales o de sintonía en el plano mental superior. Una cosa es el nivel de los conocidos superficiales y otra bien distinta es el de los amigos. En ambos participa también Saturno, el cual es indicativo tanto de la necesidad de la madurez, como de un terreno en el que las pruebas no son en absoluto escasas.

Desde luego que a través de la casa once podemos encontrar experiencias muy profundas, pero también los mayores palos vienen de aquellos en los que habíamos depositado confianza hasta entonces e, incluso, que teníamos idealizados.

La exaltación de Mercurio en este sector undécimo es evidentísima, ya que la comunicación es la base de cualquiera de los temas en analogía con esta casa. Hasta incluso las aficiones intelectuales precisan de un estar al día, sea en aeromodelismo, electrónica, etc. Por otra parte, no podemos olvidar que las envidias mercurianas pueden estropear desde su base cualquier grupo, sea de amigos o con una organización que se plantea unos fines más o menos ideales.

El exilio del Sol resalta dos aspectos fundamentalmente, uno desarmónico y otro consonante.

El primero es el hecho de que los orgullos y soberbias del Sol constituyen otro elemento que hace perder los límites del sentido común a los temas relacionados con el sector que ahora estudiamos. Al igual, la base para el éxito de cualquier grupo o amistad es sin duda alguna la existencia de individualidades fuertes que le den vida.

La caída de Plutón en el sector undécimo hace valorar la necesidad de que tanto las amistades como los grupos se renueven continuamente pues, en el caso contrario, las aguas psíquicas se estancan y, por mucho que los ideales sean bonitos, la realidad será otra cosa bien distinta.

Simultáneamente, las experiencias en cuanto a amistades o relaciones fraternales, son muy ricas para el autodesarrollo personal (Plutón).

Casa XII

El SECTOR DUODÉCIMO es el que se refiere a los asuntos en los que se vive en especial una sensación, que es la de la soledad o la interiorización directa sobre nosotros mismos.

Podemos comprobarlo al percatarnos de cuáles son las experiencias que este sector terrestre recoge: enfermedades graves y crónicas, la personalidad subconsciente, retiros o aislamientos forzosos, exilios; experiencias en hospitales, manicomios, cuarteles, etc.; épocas de inspiración espiritual, elevación psíquica, fe, fases de recogimiento interior y autoconocimiento del yo subconsciente.

La casa doce se presenta por lo general en los diversos tratados de Astrología como bastante marcada por vivencias o acontecimientos duros. En parte así es, pero no olvidemos que este sector terrestre registra nuestro estado kármico, tanto agradable como desagradable, así como la mayor o menor protección o desprotección que tenemos ante él.

Si estudiamos nuestras penas y angustias humanas, nos daremos cuenta de que pueden clasificarse en dos: unas son las que nos amenazan o nos causan preocupación y, otras, las que efectivamente llegan a producirse.

Pero penetremos en este interesante mundo de la casa XII y el signo de los Peces, más por orden.

Este signo zodiacal, al igual que la casa terrestre número doce, afina con las casas kármicas, las casas de la adaptación, el elemento agua, la cualidad común, Neptuno y Júpiter en regencia, Venus en exaltación, y Mercurio en exilio.

Es una clave importante para el ser humano el hecho de que bajo la misma fuerza astrológica se encuentre el nivel subconsciente a través de Neptuno, y toda una serie de males poco deseados por todos. Será quizás, que cuando el ser humano no filtra ciertas impurezas de su carácter consigo mismo, la ley actúa y se le presenta algo desarmónico externamente?.

En realidad, ya la idea de que las enfermedades son a medias psíquicas y en la otra mitad físicas, no resulta algo supersticioso.

Como complemento, hay que entender que no solo existen cárceles físicas, sino también cárceles psíquicas, las cuales se forma el propio ser humano con sus miedos, complejos y dudas internas.

La conclusión la podemos resumir en el hecho de que, si somos capaces de liberarnos internamente de cadenas, mediante la elevación de lo que antes estaba caído, las ataduras externas se van disolviendo gradualmente.

Neptuno hace que el ámbito de la casa doce se extienda también a las influencias que de manera subconsciente recibe el ser humano, muchas veces sin que apenas se dé cuenta.

Cuando diferenciamos subconsciente de inconsciente, se entiende que el primero forma una parte de nuestra memoria que es más asequible al nivel de la conciencia que el segundo.

Pues bien, las fuerzas que recibimos más o menos de una manera bastante sutil son por ejemplo los chismes, aparte de cuestiones en el nivel astral. De este último punto podemos citar el caso de las personas que por un motivo o por otro nos tienen en la mente, ante lo cual tenemos que poseer defensas psíquicas adecuadas.

Los diferentes tipos de presión psíquica sutil o subliminal (por debajo de un linde o umbral) que unos sujetos pueden ejercer sobre otros, son otro tema a estudiar en cuanto a la casa doceava.

Con relativa frecuencia cierto tipo de personas sienten una presión psicológica indeterminada que les afecta, la cual no existiría, por supuesto, si internamente no hubiera algún tipo de debilidad. Con ello volvemos a la misma conclusión: salvarse es elevarse por encima de estados depresivos, de angustia, de sentirse muy poco o creerse demasiado…

También desde el punto de vista neptuniano es conveniente estudiar el concepto que nos hacemos de lo que son las enfermedades, así como de su causa. No es raro que en torno a estas sigan existiendo todavía conceptos relativamente supersticiosos, aun cuando se pueda decir que la medicina ha avanzado rápidamente.

Un hecho frecuente es que se piense que la cuestión de estar sanos o enfermos es en gran medida algo dependiente de una suerte misteriosa, que hace que a unos les ataque el virus y a otros no. En realidad, visto al pie de la letra, así no se está demasiado lejos de la idea de los espíritus malignos. Júpiter es, sin duda alguna, una enorme salvación para la casa XII, pues el sentido del humor es para lo espiritual como la ley de la gravedad en cuanto a la física clásica.

También Júpiter tiene la curiosa costumbre de exagerar, así como de hacer pompa y ritual. No es raro, si observamos que el ser humano con frecuencia agranda lo que son en realidad sus limitaciones más comunes.

En cuanto a la salud, de nuevo el hígado (Júpiter) queda colocado como el verdadero protector de esta o, en su caso, si se encuentra maltratado, es un escandaloso indicio de falta de fortaleza física.

La exaltación de Venus genera cuestiones interesantes en el sector doceavo. Una es el hecho de que en el ambiente de esta casa se manifiestan las tendencias o vocaciones de ayuda y socorro directo a los afligidos o mermados en sus capacidades.

Es decir, el área doceava no solo se refiere a desgracias o fases de confusión, sino que en ella también se encuentran las claves para la salida de ellas o su evitación. En esta casa se presentan aspectos relevantes, por lo general, en aquellas personas que se encuentran en contacto directo con enfermos, disminuidos psíquicos, etc.

Si bien Venus simboliza, por un lado, al amor, por el otro, en el sector doce, es igualmente la lástima y la pena, las cuales no sirven absolutamente para nada al que lo está pasando mal: qué pena!, el pobre!, lo mal que lo está pasando!…

De lo anterior, sin duda, podemos hacer bastante extensión a las autolamentaciones y los golpes de pecho.

El exilio de Mercurio no cabe duda de que se encuentra en conexión con la enorme dificultad que existe para hilar con la inteligencia lo que de por sí es más que nada propio de lo psíquico afectivo y subconsciente, a cuyas aguas profundas la razón llega por lo general bastante ahogada.

Pero, para terminar, el esfuerzo por entender y expresar lo que se mueve en los mundos internos es enormemente valioso, aun cuando Mercurio tenga que aprender wind-surfing.

Consejos prácticos para los estudiantes de astrología.

Hay una serie de inclinaciones normales y lógicas cuando se inicia el estudio de la interpretación astrológica, algunas de las cuales hay que evitar y otras que son recomendables de potenciar.

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No es raro que a la vista de los primeros intentos de lectura astrológica, con un horóscopo propio o ajeno, se produzca un entusiasmo o incluso euforia por los resultados.

En cuanto al entusiasmo, hay que procurar que sea una constante siempre, pero lo que a veces sucede es que después de los primeros intentos acertados, el estudiante se lanza apresuradamente a interpretar cartas astrales por encima del nivel que le corresponde.

Por tanto, la regla de oro es “de lo que no estás seguro, no hables, pero puedes preguntar”.

Dicho con ejemplos prácticos, es muy sano realizar cartas astrales a familiares o amigos continuamente, pues la mejor manera para aprender interpretación astropsicológica es viendo continuamente más y más casos; ahora, se ha de entender que esta ciencia, heredada de los Antiguos, no es algo propio para bromear o tomar a la ligera, pues las consecuencias no son en este caso nada favorables.

En primer lugar, es así para el dueño de la carta astral y, en segundo término, para el que hace los experimentos.

Se ha de tener siempre en cuenta, cualquiera que sea el nivel de interpretación en que se encuentre el estudiante, que en cada interpretación lo más probable es que surjan algunos aspectos relativamente obscuros a la hora de ser descifrados.

Lo más sano, tal como se ha indicado, es en ese caso preguntar a la persona que se le realiza la lectura astrológica, si es que resulta conveniente. Si fuera posible, se recurrirá a otro astrólogo que posea más experiencia, y en el caso de que ninguna de las dos posibilidades fuera factible, se dejará la duda en un proceso de meditación o incubación hasta que surja la intuición.

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Lo que encontramos en forma de símbolos en una carta astral, sea natal o de otro tipo, son realidades vitales para el interpretado.

Expresado de otra manera, lo que son representaciones gráficas en un horóscopo constituyen, en la existencia de la persona, vivencias que pueden estar más o menos presentes, mejor o peor asimiladas, en mayor o menor medida conscientes para él, aparte de importantes cuestiones de lo que podríamos decir conforma el continuamente cambiante futuro.

Resumido en otra versión: en la carta astral se representan puntos críticos y claves en la trayectoria vital de la persona, tanto desde el punto de vista armónico como desarmónico.

Debido a ello, hacer generar en el sujeto en cuestión ilusorias expectativas, o crearle mayor preocupación sin motivo, son errores relativamente fáciles de cometer.

El otro polo sería el actuar basándonos en el miedo a errar, lo cual no es de la misma forma un camino conveniente para el aprendizaje, el cual tiene uno de sus pilares en el ensayo y el error.

¿Cuál, entonces, sería el camino conveniente a seguir?. Pues el sentido común y la humildad.

El sentido común para permanecer dentro de los límites de la seriedad y el entusiasmo y, la humildad, para no inflarse como un globo.

Es decir, si en un momento hay que decir que tenemos una duda o que algo precisamos estudiarlo hasta el día siguiente, ello no representará ningún rubor en nosotros, ni nada extraño, por cierto, en el interpretado.

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El enfoque que procuraremos transmitir al lector dentro del presente curso se encuentra basado, diríamos, en un triángulo, en cuyos vértices se encuentran las tres tendencias que a continuación se comentan:

Astropsicología Científica, Esotérica y Humanista. Aún más, podríamos especificar que la base del triángulo posee en sus vértices los términos CIENTÍFICA y ESOTÉRICA, mientras que en el vértice superior, sirviendo de unión entre los dos polos anteriores, se encuentra el vocablo HUMANISTA.

La óptica de ver la Astropsicología que presentamos es científica, puesto que pretende sentar las bases de estudios realizados con rigor y con los medios técnicos actuales.

Por supuesto que, como ya se ha comentado en otra sección de este curso, es preciso conocer con cierta profundidad el sistema astrológico para poder comenzar a investigar desde los métodos de la ciencia clásica.

En cualquier caso, entendemos que la ciencia abarca todo lo que sea un estudio sistemático de las leyes naturales y sus manifestaciones.

No hay que olvidar que la Astropsicología tiene infinidad de aspectos que pueden ser verificados objetivamente por cualquiera que posea la preparación suficiente, aparte de que se encuentre abierto mentalmente.

Con el presente curso se trata de ayudar en la formación de personas, de las cuales saldrán muchas interesadas en la investigación, para lo cual necesitaremos establecer puntos de contacto en el futuro sobre los cuales intercambiar conocimientos y experiencias.

La perspectiva esotérica ya se encuentra bien asimilada en cuanto a su utilidad por todas aquellas personas a las que de forma natural les atraen estos temas. Desde mi punto de vista, por lo general esta afinidad se debe más que nada a una necesidad personal de penetrar en ciertos arcanos de la vida.

Es innegable que hoy por hoy sigue existiendo una polaridad, la cual procuraremos que sea lo más fructífera posible, entre la ciencia y el esoterismo.

Una y otro se acercan cada vez más, según de ambos lados surgen individualidades buscadoras de la verdad que dan avances fuertes al conocimiento. En cualquier caso, precisamos acudir al esoterismo para dar explicación a preguntas acuciantes que nos hacemos.

La unión armónica y dinámica entre ambos polos se encuentra en el humanismo, el cual coloca el mejoramiento del ser humano por encima de cualquier otra cosa.

Por ello, tanto los dogmas científicos como el carnaval esotérico quedan de lado. No importan los preciados apuntes de la universidad que se han quedado en parte caducos, ni las divagaciones especulativas de tipo ocultista, pues todo anquilosamiento es nefasto en el camino del conocimiento humano.

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El nivel que cada persona puede alcanzar en cuanto a su madurez en estas ciencias, tanto la Astrología como el Tarot, nunca puede encontrarse por encima de su madurez como persona. Al hablar de madurez no me refiero a que se necesite una edad específica, pero sí una experiencia.

Por tanto, al principio la Astropsicología, entendida en sentido amplio, precisa de ciertas horas de dedicación al estudio, pero lo que verdaderamente hace al buen estudiante de Astropsicología es la observación en la vida real, la reflexión personal, la intuición que se desarrolla poco a poco y el afán que no cesa de búsqueda de la verdad.

Llegado un punto en el que se hayan asimilado las bases del lenguaje de los símbolos, las dos piernas para el caminante de la Astropsicología son la práctica y la reflexión personal, aparte del asesoramiento de alguien más experto al que consultar.

Otra ley que considero fundamental debido a mi experiencia es la desde que Año se puede interpretar la carta astral de otra persona por encima del nivel con el que podemos penetrar en la nuestra propia.

Esto nos conduce a la conclusión de que la base para el estudio de la Astropsicología siempre es el propio horóscopo, con el cual vamos verificando la certeza de nuestras conclusiones, a la vez que descubrimos nuevas claves de la propia vida y los símbolos en analogía con ella.

Cada vez que damos un avance en la lectura y vivencia de nuestra carta astral, el paso adelante inmediatamente se hace extensivo a las restantes que podamos estudiar.

Es bueno perder el miedo a lo subjetivo, término el cual ha quedado como un tópico o casi un tabú como consecuencia de la educación que hemos recibido. Lo subjetivo constituye, aunque resulte reiterativo, el cincuenta por ciento de la existencia humana.

Las vivencias internas que nosotros tenemos son todas valiosas, aunque en todo ser humano se manifiesten aspectos desequilibrados, los cuales se pueden ir superando gradualmente; pero no olvidemos que somos realmente homonautas o viajeros dentro de nosotros mismos, y que nuestro principal laboratorio es el interior del ser.

Lo subjetivo es ni más ni menos que el cómo la persona ve lo objetivo, lo cual en el estudio de la Astropsicología ha de ser tenido muy en cuenta.

Para unas personas ciertas cosas resultan sumamente conflictivas, mientras que para los otros que lo ven desde fuera, el supuesto problema en realidad lo ven como la lucha contra un fantasma que no existe.

Dos de las cosas que al ser humano le resulta más difícil entender son:

A. Que los demás son distintos a nosotros.

B. Que el ser humano posee unas bases comunes de comportamiento básico o, dicho de otra manera, se encuentra sometido a las mismas leyes.

Cada ser humano es un micro-universo, por lo cual una individualidad posee cualidades únicas e irrepetibles con respecto a la otra. Ello no sólo lo confirma el hecho de que no pueden existir dos cartas natales totalmente iguales, sino que las huellas dactilares, los rostros, la carga genética de las células, etc. son todos elementos que en sí resultan irrepetibles.

Pero también, mediante leyes que en gran parte se expresan en los principios de la Astrología, es perfectamente posible, en combinación con las experiencias de la vida, penetrar en los misterios de la naturaleza humana. Esto es algo cuya utilidad traspasa con seguridad lo que nos podamos sospechar.

La elevación de la calidad y realización de nuestras relaciones amistosas, de pareja, comerciales, intelectuales, etc. mejorarán momento a momento y de manera muy sensible según penetremos en los arcanos que guían el comportamiento humano.

“Toda gran verdad se manifiesta como una paradoja”. De acuerdo al diccionario, una paradoja es un planteamiento cierto que es contrario u opuesto a la opinión común que existe al respecto.

Tenemos un claro caso de paradoja en el hecho de que el ser humano es irrepetible -porque no existen dos iguales- y, a la vez, su naturaleza física, psíquica, mental y espiritual, se guía por leyes que son iguales para todos los individuos de la especie humana.

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En la Astropsicología se sigue un planteamiento dinámico de la interpretación astrológica.

Por ello hemos incluido la asignatura Psicología Trascendental en el presente curso, ya que, aunque no se pretenda ejercer en el campo astropsicológico, en cualquiera de los dos casos es fundamental que el estudiante aplique y compruebe sobre sí mismo la efectividad de las técnicas astropsicológicas.

El enfoque pasivo es puramente descriptivo y, aunque es uno de los aspectos interesantes de la Astropsicología, el ir describiendo algunas de las cualidades psicológicas o fisiológicas de la persona no es el único paso en la interpretación, sino el primero.

Podríamos decir que se corresponde con un diagnóstico dinámico, en el cual no se pretende ni mucho menos buscar un nombrecito raro a la persona para sus defectos, sino puntualizar al máximo las actitudes internas y comportamientos.

La siguiente fase es la de estudiar conjuntamente con el interpretado las posibles opciones o salidas a los conflictos, los programas de autorrealización personal y las metas que se pretende conseguir partiendo de la situación real actual.

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En cuanto al tema adivinación o predicción, hay que ser todavía si cabe más prudente que con la fase inicial. Por lo general, una parte importante del público acude a diferente tipo de videntes y adivinadores del futuro para ver si le va a ir bien o mal. Ver el futuro como algo inamovible va contra el sentido común para empezar.

Ya hemos estudiado cómo el ser humano se encuentra en la confluencia entre dos fuerzas: las externas o astrales y las internas o voluntad. De la dinámica que se produce entre ambas surge el desarrollo de la vida de la persona, manifestado como ciclos o ritmos.

Recomendamos se vuelva a meditar en la enseñanza pitagórica del triángulo equilátero, pues el ser humano está constituido en gran parte con base en el número tres: cuerpo físico, astral y divino; cabeza, tronco y extremidades; brazo, antebrazo y mano; muñeca, palma y dedos; falange, falangina y falangeta, etc.

Pitágoras dio a entender perfectamente cómo el futuro (la hipotenusa) es el resultado de lo realizado en el pasado (primer cateto) y de lo que se realiza en el presente (segundo cateto).

Por tanto, manifestar predicciones de manera inmovilista acerca del futuro, tanto de tipo mal agorero como lisonjeras, no es responsable.

El enfoque astropsicológico pretende dar la mayor exactitud y practicidad posible en el estudio de los ciclos y ritmos a los que se encuentra ligado el propietario de la carta astral.

Hasta cierto punto la misión del interpretador es algo parecida a la de un servicio meteorológico dinámico y continuo, aunque podemos decir que las herramientas de que se puede disponer con la Astropsicología superan los límites normales en la investigación de los ciclos y ritmos.

Está claro que, quitando el uso que la Astrología pudiera tener en cuanto a la predicción meteorológica, nos referimos más bien al “tiempo astral”, es decir, a las energías cósmicas sutiles que se transmiten desde el universo, llegando al ser humano por medio de las esferas o planos superiores.

Partiendo del estado actual físico, emocional, psicológico y espiritual del interpretado, el astropsicólogo trata de averiguar cómo se va a producir y en qué momentos el roce entre esa persona y las fuerzas a las que va a ser sometida en un momento dado.

Por ejemplo, una tendencia a la depresión puede ser fácilmente detectada en la carta natal, pero necesitamos complementar con el estudio de cartas astrales complementarias, en qué momentos el ser en cuestión va a pasar por puntos críticos respecto a su tendencia depresiva.

Si existe una conjunción favorable entre el interpretado y el astrólogo, se trata de establecer programas convenientes para que la citada debilidad psicológica vaya siendo tratada adecuadamente, de manera que cuando se presente el siguiente punto bajo de la ola, el sujeto tenga más cartas a su favor, no quedando de esa manera totalmente a merced de las “inclemencias del tiempo astral”.

Al igual, la verdadera labor predictiva del astropsicólogo o estudiante de Astropsicología se sustenta en el análisis no solo de los puntos inferiores de la ondulación cíclica, sino en la fijación de los puntos elevados.

En el caso que tratábamos, por ejemplo, la inclinación depresiva supongamos que se encontrara relacionada con una posición desarmónica de Neptuno en la carta natal. Es relativamente sencillo, como ya veremos, llegar a determinar en qué momentos existe una ayuda complementaria de tipo astral para realizar un esfuerzo importante y avanzar en el control de la mencionada depresividad.

Ello nunca debe de inducir a la pasividad, pues es la voluntad humana la que siempre se precisa para guiar estas operaciones de alquimia psicológica, que por ser sencillas no dejan de mostrar una gran efectividad.

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En cuanto al tema del determinismo o la obligatoriedad de que algo suceda, no es raro que la persona que se encuentra en una situación conflictiva insista a veces en sus preguntas al astrólogo de si piensa que tal o cual cosa le sucederá o no, si lo va a superar o no, etc.

El estudiante podrá saber con cierta facilidad por la actitud del que acude a él, cuáles son en realidad las verdaderas ganas que posee el interpretado de afrontar con un esfuerzo personal la terapia o prácticas que se le pueden sugerir como convenientes.

La cuestión de si un acontecimiento o cadena de acontecimientos está determinado o no, no es algo que se rija por la ley del todo o nada. Explicado más ampliamente, como ya estudiaremos en la práctica, la carta astral nos facilita información sobre distintos grados de determinismo.

En la vida real así sucede también, pues hay ciertas cuestiones que se pueden cambiar con cierta facilidad, otras que no se pueden cambiar, algunas que se transforman con mucho esfuerzo y a lo largo de los años, etc.

Si las leyes que se manifiestan a través del estudio de la Astropsicología representan en realidad una síntesis de los procesos de la vida, todo lo que podemos observar en la realidad ha de tener una representación diferenciada en el lenguaje de los símbolos astrológicos.

Dicho de otra manera, la vida misma queda de alguna forma resumida o sintetizada en la dinámica astropsicológica.

Volviendo al tema central, la cuestión de si algo tiene forzosamente que suceder es algo que hay que saberlo al ver las condiciones climatológicas astrales, lo que ha realizado el interpretado anteriormente para paliarlas o aprovecharlas, lo que está haciendo y lo que tiene en proyecto realizar.

No es lógico determinar si el señor que se encuentra nadando en una situación forzada va a poder llegar o no a la costa, sin saber previamente cuál es la altura de las olas y su velocidad, la preparación física del nadador, el tiempo que lleva en el agua, etc.

Pero aparte tendríamos que saber cuál es su fuerza interior en ese momento, sus ganas de vivir, su autoconfianza, así como otra serie de factores. El estudio astropsicológico provee de herramientas suficientes para penetrar en la multitud de factores que intervienen en las situaciones humanas.

Pero…no nos olvidemos de una cosa: mientras observamos al apurado señor batallando por no ahogarse, pongamos nuestras facultades al máximo para inmediatamente pasar a la acción y ayudarle en lo más que sea posible.

El determinismo es tanto mayor cuanto menor es el movimiento en el plano espiritual. Ya hemos comentado que este nivel se polariza en dos fases, siendo una la conciencia y la otra la voluntad. Por supuesto que la primera es la receptiva y la segunda es la activa.

Según la activación en el ser humano del plano espiritual es menor, mayor es el determinismo, pues en el caso de que la conciencia-voluntad se encuentre bastante dormida, el ser humano queda a merced fundamentalmente de las fuerzas físicas (Tierra) y astrales (Luna).

Como un ejemplo práctico podemos visualizar la fuerza de la gravedad. Toda la existencia del ser humano se encuentra marcada por ella. No podemos desactivarla, pero sí usarla. E igual sucede con las fuerzas que maneja la Luna, las cuales por ser de orden más sutil son de mayor energía en el plano en el que actúan: el psíquico-astral.

Un gran primer paso es el tomar conciencia de las causas de una situación, mas el segundo ha de ser la aplicación de la voluntad para intervenir activamente en el desarrollo de la misma.

8

A la hora de una sesión de estudio astropsicológico, tanto utilizando la llave de oro como la llave de plata (Astrología-Tarot), es recomendable siempre que sea posible el utilizar la entrevista.

Dicho de otra manera, si existe la posibilidad de realizar una interpretación con la persona presente ante el astrólogo, en este caso es conveniente que también el interpretado, según vaya adquiriendo confianza, vaya hablando y explicando sus puntos de vista acerca de la situación, lo cual lógicamente facilita el trabajo de diagnóstico y de práctica de mejoramiento personal.

9

Como consejo que es aplicable en todos los niveles del estudio de la Astropsicología, está el hecho de reflexionar acerca de los detalles cotidianos que nos pudieran llamar la atención, haciéndolo desde el punto de vista astrológico o simbólico en general.

Como ejemplos podemos aportar desde una película en la cual tratamos de encontrar los arquetipos astrológicos de cada protagonista, hasta la observación continua de las personas con las que cotidianamente tenemos contacto.

Desde luego que no nos referimos a la astromanía, sino a la fusión que perseguimos de la manera más completa posible entre la realidad y el lenguaje universal de los símbolos.

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El estudiante de Astropsicología ha de tener en cuenta que existe una parte kármica de cada persona en la cual nadie puede ni debe intervenir. La labor del astropsicólogo está en orientar, pero no en convertir ni canalizar, con lo que los sermones o las clases magistrales sobran con el interpretado.

Hay que saber en qué momento termina la responsabilidad o las posibilidades del estudiante, pues a partir de ese punto es solamente la propia persona la que puede hacer por sí misma.

Igual que la sinceridad se ha apuntado como un elemento importante, también lo es el saber callar. Se ha de tener en cuenta que ciertas cosas pueden no ser convenientes de expresar en una determinada forma, aunque se procurará hacerlo de otra más que ocultar nada.

En el caso de una interpretación a una persona menor es normal. No se va a decir lo mismo a él que a sus padres acerca de su hijo, pues en el primer caso irá adecuando a su edad y, en la charla con sus progenitores, se realizará acorde a un enfoque educativo o pedagógico.

Para terminar con esta sección, solo me resta decirle que tenga confianza en que, con la suficiente labor por su parte, logrará usted unos excelentes resultados de manera progresiva.

Pierda el miedo. Aunque todo cuando no se conoce se asemeja como difícil y obscuro, cuando se comienza a caminar todo el panorama se va aclarando progresivamente.

Primeros pasos en la interpretación astrológica.

Antes de poder iniciar una fase en el estudio astrológico que podríamos calificar de apasionante, hemos de completar un período previo de estudio que resulta por lo menos muy interesante, aparte de imprescindible.

Hasta el momento hemos realizado un estudio por separado de planetas, signos, casas y aspectos. Sobre todo para el estudiante que ya tenía cierto estudio del tema, en ocasiones el paso le habrá resultado en sus inicios un poco lento. Pero ello ha tenido un sentido bien claro, que es el de que a partir de este momento el paso no resulte ni cansado ni asfixiante.

Toda la base del estudio astropsicológico se sustenta en los pilares de planetas, signos, casas y aspectos, pero el nivel con que estos temas se suelen presentar en las diferentes obras de divulgación no es suficiente.

Si no existe un conocimiento y asimilación de suficiente altura y profundidad en lo que constituye las piedras angulares del conocimiento astrológico, el estudiante poco a poco empieza a patinar en lo que a la interpretación se refiere o, por lo menos, sus pequeños primeros intentos de lectura interpretativa van a ser tambaleantes.

La primera fase de la que hablamos es la que se refiere a hacer las combinaciones iniciales con los elementos básicos astrológicos (planetas, signos, casas y aspectos). Esto es algo que desde el punto de vista de la enseñanza tiene sus complicaciones, ya que aquí el estudio de tipo memorístico y racional clásico no sirve.

En cambio, la mayor parte de los libros de astrología que se atreven a iniciar el estudio de la interpretación, basan sus exposiciones en largas listas de “recetas astrológicas”, que la mayor parte de las veces dan una idea equivocada o, como mínimo, incompleta.

Estas recetas son series casi interminables en las que suelen incluirse todas las combinaciones de planetas en signos (Sol en el Carnero, Sol en el Toro, Luna en el Carnero, Luna en el Toro, Mercurio en el Carnero, Mercurio en el Toro, etc., etc., etc.). De esa forma se completa un recetario inicial de 120 recetas que obtenemos de 120 combinaciones planeta-signo.

Ese modelo de recetario astrológico continúa con otros ciento veinte párrafos de interpretación estándar por las combinaciones de los diez planetas con las doce 120.

Así, la serie se desarrolla con el siguiente patrón: Sol en casa I, Sol en casa II, Luna en casa I, Luna en casa II, Mercurio en casa I, Mercurio en casa II, etc. En ocasiones se incluye un recetario de tipo astrológico en el que se trata de informar de las distintas combinaciones posibles de los aspectos astrológicos. Así, se comienza viendo los aspectos entre el Sol y la Luna, y luego se continúa Sol-Mercurio, Sol-Venus, Luna-Mercurio, Luna-Venus, Luna-Marte, Mercurio-Venus, Mercurio-Marte, etc.

Se completa hasta un total de 45 combinaciones posibles, especificándose en cada una de ellas por lo general tres sub-recetas: aspecto armónico, conjunción y aspecto desarmónico. Es decir, en el caso del aspecto Sol-Luna, por ejemplo, se tratan esos tres puntos.

En los más exhaustivos textos se continúa con otra serie, que es la de la combinación entre signos zodiacales y casas astrológicas, teniendo en cuenta en qué signo zodiacal cae la cúspide o inicio de cada casa: El Carnero en la casa I, en la II, en la III, el Toro en la I, en la II, en la III, etc.

Son ciento cuarenta y cuatro combinaciones, con lo cual sumamos un recetario 429 recetas.

Por supuesto que este sistema es tedioso y muy poco pedagógico. Si realmente este fuera el camino más adecuado para iniciarse en la interpretación astropsicológica, podríamos hacer un esfuerzo y tratar de mejorar esta técnica, pero consideramos que no es así.

Por supuesto que el estudiante que tenga paciencia, interés y tiempo podrá obtener algunas interesantes conclusiones como consecuencia de la experiencia de los astrólogos que han diseñado esas combinaciones. Pero con ello no hemos obtenido la llegada a la primera meta, que es la de haber aprendido un sistema universal para la interpretación de las combinaciones de cada planeta aspectado en signo y simultáneamente en casa.

No perdamos de vista que el planeta no se encuentra por separado en un signo y, por otro lado, en la casa, sino que él cae a la vez en una porción zodiacal y en una casa terrestre determinada.

De esta forma, si fuéramos a hacer un recetario semi-completo tendríamos que diseñar 1.440 combinaciones, es decir, 12 casas x 12 signos x 10 1.440. La serie sería algo así: Sol en el Carnero en la casa I, Sol en el Carnero en la casa II, etc.

Esto sin contar las posibles combinaciones del planeta por aspectos con los demás astros del sistema solar, con lo que tendríamos que multiplicar como mínimo por nueve y nos colocaríamos en un recetario básico completo de 12.960 combinaciones.

Es curioso que la mitad de un año platónico o de las constelaciones (25.920 años) dura 12.960 años, que es el tiempo medio de seis eras astrológicas.

Toda esta relación de números es solo para demostrar la necesidad de usar otro sistema de enseñanza y de estudio.

Entremos seguidamente en él.

Sistema de interpretación de planeta aspectado en signo y casa.

Aun cuando pretendemos llegar a descifrar o leer estas combinaciones (planeta-signo-casa-aspectos), hemos de iniciar el estudio por separado, como si estuviéramos aprendiendo a realizar la respiración completa. Primero vemos cada fase para luego desarrollar la totalidad.

COMBINACIONES PLANETA-SIGNO.

En primer lugar, hemos de definir algo así como reglas básicas o claves de lectura astrológica. Veamos qué representa el planeta desde el punto de vista interpretativo. Este ha de definirse como una serie de funciones psicológicas o líneas de comportamiento humano. Veamos ejemplos al respecto.

Marte: las funciones psicológicas que representa son la agresividad, el dinamismo, la capacidad de lucha, la impulsividad, el liderazgo, la acción, la definición o decisión, la dureza, etc.

Saturno: mide la constancia, la tacañería, el ahorro, el control del tiempo, el realismo, el materialismo, la capacidad de concentración, etc.

En este momento recomiendo que realice usted un ejercicio en el que plasme las funciones psicológicas y las líneas de comportamiento que corresponden a cada planeta, tal como lo hemos hecho ya con Marte y Saturno.

Dicho lo anterior, obtengamos algunas conclusiones al respecto.

De alguna forma, el planeta representa lo que vamos a medir o estudiar en el ser humano. Por ello, el estudiante ha de tener perfectamente claro cuáles son las funciones psicológicas de cada astro del sistema solar, sin confundir los atributos de uno con los de otro. Ello, por supuesto, se consigue en gran parte con la práctica.

Ahora se trata de saber cuál es la significación o papel del signo zodiacal cuando entra el planeta en contacto con él. La posición del planeta en el signo va a concretizar mucho más la vibración o tonalidad del primero.

El signo especifica qué características posee la función psicológica que representa el planeta. Pasemos a los ejemplos, aunque en el presente tomo solo trataremos algunos de ellos. En el octavo volumen insistiremos mucho más en casos prácticos, una vez que se haya dado tiempo para asimilar la idea general.

Mercurio como planeta representa las siguientes funciones psicológicas: la capacidad de relación de pensamientos, la veracidad o la mentira, las facultades de expresión y comunicación, la adaptabilidad o la inconstancia, etc.

Es bueno insistir en el hecho de que Mercurio es el planeta que mide o representa la escala, atributo o función de la inteligencia, por ejemplo. Esto no quiere decir que siempre Mercurio represente una alta capacidad de relación mental, ni tampoco que en todos los casos indique unas grandes dotes comunicativas o expresivas.

Mercurio, por decirlo así, no siempre es inteligente, aunque en todos los casos mide la escala de la inteligencia. Mercurio en ciertas posiciones puede expresar o representar claramente que el dueño de la carta astral en cuestión tiene serias dificultades a la hora de comunicarse, lo cual se puede deber dependiendo de la posición de Mercurio, a timidez, problemas del aparato vocal, o a un sin fin de posibilidades.

Al igual, Saturno no siempre representa voluntad perseverante. Puede indicar, dependiendo del caso, que la melancolía y el pesimismo anulan la perseverancia y que, a lo más, pervive una rutina insoportable.

Como vamos observando, con la posición de planeta en signo vamos a comenzar a escoger o seleccionar un área concreta de las muchísimas posibilidades que posee la escala de atributos de un planeta.

Seguramente ya resultará mucho más claro el por qué Mercurio puede ser simultáneamente tanto el planeta de la mentira como de la palabra más fiel. Y es sencillamente porque este planeta es el que significa toda la escala posible de calidad de la palabra, tanto escrita como hablada.

Así, según vamos teniendo en cuenta de forma progresiva y en el siguiente orden al planeta por su posición en signo, luego en casa y, por último, en relaciones de aspectos con otros planetas, podemos especificar mucho más la calidad vibratoria del astro, así como su manifestación en la vida real.

Veamos algunos ejemplos prácticos.

Supongamos que Mercurio se encuentra en el signo del Carnero. Nosotros al inicio nos vamos a servir de un folio, o mejor, cuaderno de apuntes, para realizar los ejercicios por escrito, no solo pensando. Como sabemos por las técnicas de estudio, el escribir ordena las ideas y facilita la formación de esquemas mentales.

Lo primero que haremos es colocar en el margen superior izquierdo de la hoja el símbolo bien visible del planeta Mercurio. Debajo de él escribiremos cuáles son las funciones psicológicas que representa Mercurio: capacidad de elocuencia, nerviosismo, etc.

En el margen superior derecho pondremos el símbolo del signo del Carnero, con algunas de sus tendencias más importantes, usando sobre todo adjetivos: impulsivo, audaz, espontáneo, formado en la acción, poco prudente, decidido, violento, etc.

Es conveniente en este punto diferenciar dos bloques de las cualidades del signo, siendo un paquete el de los adjetivos armónicos, mientras que el otro ha de ser el de los desarmónicos. Se puede colocar, por ejemplo, uno encima del otro.

Si nos fijamos un poco, las palabras que hemos colocado junto al planeta Mercurio, lo mismo que vamos a hacer con los demás, son sustantivos o nombres, mientras que las situadas al lado del signo zodiacal son adjetivos.

A partir de este sistema, el cual por supuesto no es perfecto, comenzaremos a formar nuestras primeras combinaciones de palabras en interpretación astrológica.

No debemos de tomar todas las posibles combinaciones de palabras entre las dos columnas al pie de la letra, sino que han de entenderse como un apoyo inicialmente, hasta que comencemos a desarrollar un pensamiento analógico. Aun en ese momento esta pequeña técnica podrá seguir siendo útil en algunos casos de duda.

Continuando con nuestro ejemplo del planeta Mercurio en el signo del Carnero, se trata ahora de, en nuestra hoja de papel, poner algo debajo de las cualidades del planeta.

Esto es, añadiremos en la zona central de la hoja y hacia el lado izquierdo anotaciones como las que siguen, diferenciándose las combinaciones armónicas de las desarmónicas. Esto es así debido a que, hasta que no estudiemos o tengamos en cuenta los aspectos del planeta, no podemos saber exactamente cuál es su calidad vibratoria.

Esa vibración concretizada es la que nos va a dar la información suficiente como para elegir entre uno u otro punto de la escala de valores que representa la combinación planeta-signo.

Dicho de otra manera: con la combinación planeta signo todavía no sabemos si el planeta se encuentra en estado consonante o disonante, por lo que hemos de establecer todavía dos bloques generales de significados de la unión entre planeta y signo.

En el ejemplo que tratábamos, aún es pronto para saber cuáles de los significados de Mercurio en el Carnero tenemos que escoger. Por supuesto que ya hemos dado un paso importante respecto al anterior nivel, en el cual se estudiaban el planeta y el signo por separado.

Pasemos ahora a ejemplificar qué tipo de datos hemos de escribir en el tercer bloque de anotaciones de la hoja.

Algunas posibles anotaciones pueden ser las siguientes, como resultado de la interrelación entre el primer y el segundo grupo de datos (parte superior de la hoja).

Mercurio en el Carnero (armónico):

-inteligencia… forjada en la acción y la práctica.

-cualidades comunicativas… con don de liderazgo.

-mente… con capacidad iniciadora y proyectista.

-sistema nervioso… apto para experiencias muy dinámicas.

-adaptabilidad… en las vivencias con alta dosis de riesgo.

Como se verá, la técnica propuesta permite perfectamente la creatividad y un estilo propio, con lo cual no coarta, sino todo lo contrario, el ingenio personal. Continuemos.

Mercurio en el Carnero (desarmónico):

-dotes intelectuales… usadas para el mando tiránico.

-forma de comunicarse… agresiva, dura y destemplada.

-mente… imprudente y loquinaria.

-sistema nervioso… en combustión.

-oportunismo… que toma las cosas por asalto.

Introducción a la Interpretación Astrológica
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