Nuestros cuerpos albergan una gran cantidad de bacterias y hongos que viven, crecen y sobreviven en armonía cuando estamos comiendo y viviendo saludablemente.
Pero pueden volverse altamente dañinos cuando el medio donde viven se altera.
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La alteración de ese medio es fomentada por dietas altas en azúcar o en hidratos de carbono, también por agua y aire contaminados, o por la destrucción de nuestra flora intestinal a causa del uso de antibióticos u otros medicamentos (quimioterapia).
Como las bacterias y hongos se alimentan de las mismas sustancias de las que se alimenta nuestro cerebro, cuando ingerimos en exceso alimentos ricos en glucosa, también estamos alimentando en exceso a las bacterias y hongos, que entonces crecen y se multiplican desproporcionadamente.
El consumo de sustancias por parte de esa excesiva población desproporcionada provoca que el cerebro no reciba suficiente alimento, y como es él quién manda, inmediatamente, emite las órdenes reclamando su ración.
Y es entonces cuando sentimos la urgencia de correr a ingerir algo dulce, o hidratos de carbono (que se convierten en glucosa), o alcohol.
Y comienza así el círculo vicioso: al ingerir más, crece la provisión de azúcares, y con ello crece la multiplicación de bacterias y hongos, y esa población en crecimiento reclama más alimentos y sentimos la necesidad de ingerir más, y más, y más, y más…..
Pero sucede que así como las bacterias y hongos obtienen su alimento de nuestra sangre, también vuelcan en ella sus desperdicios, toxinas que tornan cada vez más ácido el medio y que con el tiempo llegan a “envenenar” los tejidos.
Para poder procesar las toxinas, el hígado las convierte en alcohol (ácido) y ese exceso de alcohol en nuestro organismo nos produce una sensación como la de estar borracho, mareado, desorientado, o mentalmente confundido.
La acumulación excesiva de bacterias y hongos reduce la provisión de potasio y magnesio del cuerpo con la consecuente reducción de la energía celular, lo que provoca fatiga en exceso, reducción de las fuerzas y de la claridad de pensamiento, quita el entusiasmo, la ambición, la ‘stamina’, y causa la liberación de radicales libres que coadyuvan al proceso de envejecimiento.
Otros síntomas de acumulación de bacterias y hongos son los ataques de pánico, ansiedad, depresión, irritabilidad, dolores de cabeza, dolores en las articulaciones, inflamación en vías respiratorias, sinusitis, estrés glandular y problemas menstruales.
Muchos estudios científicos han coincidido en que las bacterias y hongos pueden llegar a causar enfermedades cuando se les permite desarrollarse en un terreno no sano (ácido).
A través de diferentes estudios científicos analizando las células vivas de la sangre se han observado formas de bacterias que viven en nuestro organismo (algunas incluso trabajan ayudando al cuerpo) y que, dependiendo del medio en que se desarrollaban, a veces crecían y se alargaban volviéndose patógenas.
En algunos casos, mutando de “bacteria” a “hongo”.
Pocos lo sabemos, pero la acidez en el pH de los tejidos de nuestro cuerpo suele ser el sello distintivo del cáncer y de otros desequilibrios de la salud tales como enfermedades cardiovasculares, problemas cerebrovasculares, patologías del riñón, trastornos inflamatorios y enfermedades del pulmón.
El investigador Sang Whang:
“Es el exceso de ácido en nuestro cuerpo lo que cultiva el cáncer”.
Y formula los siguientes postulados:
- Las células saludables son alcalinas.
- Un ambiente ácido contiene menos oxígeno que un ambiente alcalino)
- Las células saludables mueren en un ambiente ácido, mientras que las células cancerosas mueren en uno alcalino
Sugiere que todo tratamiento contra el cáncer debería comenzar cambiando el ambiente ácido a un ambiente alcalino
El Dr. Tullio Simoncini,
ex-Oncólogo italiano, estuvo tratando el cáncer y destruyendo tumores mediante el uso de bicarbonato de sodio.
El Dr. Simoncini manifiesta que:“El bicarbonato de sodio es un remedio seguro, extremadamente barato e innegablemente efectivo cuando se trata de tejidos cancerosos”.
El Dr. Sircus:
«El bicarbonato de sodio es el método honorado por el tiempo para ‘acelerar’ el retorno de los niveles de bicarbonato del cuerpo a lo normal.»
El bicarbonato es inorgánico, muy alcalino y, como otros tipos de sustancias minerales, apoya una extensiva lista, de funciones biológicas.
El bicarbonato de sodio pasa a ser una de nuestras medicinas más útiles, porque la fisiología del bicarbonato es fundamental para la vida y la salud.»
La mayoría de nosotros iniciamos nuestras vidas como seres sanos, pero conforme envejecemos, y en gran medida a causa de nuestros estilos de vida poco saludables, bacterias y hongos se acumulan constantemente en nuestro organismo rompiendo el equilibrio saludable en un círculo vicioso cada vez más grave.
Las bacterias y hongos envenenan, estresan y debilitan nuestro sistema inmunológico, y está comprobado que la mayoría de las enfermedades inmunológicas y condiciones infecciosas son causadas o empeoradas por la presencia de bacterias y hongos.
Para frenar el envejecimiento y recuperar la salud es necesario revertir el daño del ácido en las células mediante una dieta alcalinizante.
Es hora de hacer los cambios necesarios en nuestro estilo de vida para que nuestro cuerpo vuelva a un estado de balance y armonía.
Un litro de agua por día con una cucharada rasa de bicarbonato de sodio ayudará a enjuagar su sistema y a liberarlo de la acidez acumulada.
Fuente: doctor sircus
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